El día del sobregiro de la tierra es cuando la humanidad agota la capacidad anual de regenerar sus recursos y servicios ecológicos. En apenas 7 meses la humanidad agotó esta capacidad este 2 de agosto. En ese sentido la organización internacional GreenPeace hizo un llamado a frenar el consumo y el derroche, y agregó “En los últimos 50 años el Día del Sobregiro ha llegado cada vez más temprano”, aunque “todavía tenemos la oportunidad de cambiar el sistema económico quebrado que antepone las ganancias y el consumo excesivo a las personas y la naturaleza”.
Desde hace medio siglo el Día de Sobregiro de la Tierra, llega más temprano cada año, y los recursos y servicios ecológicos que el planeta puede regenerar decrecen cada vez más, fue establecido por la fudación británica “New Economics Foundation”, con el fin de calcular y tener un análisis del impacto ambiental, la red Global Footprint Network (GFN), que también analiza el impacto de la huella ecológica, es la encargada desde 1970 en llevar este monitoreo.
Sin embargo estas medidas universales no consideran que quienes emiten más dióxido de carbono al planeta son los países más ricos, pero sí recalca que más de una cuarta parte de los países del mundo no se exceden, pero “el problema de reducir nuestra huella ecológica no es que no tengamos modelos de vida sostenible, es que la mayoría de estos países se caracterizan por la pobreza”, apuntó Greenpeace. En base a un estudio de emisiones de gases de efecto invernadero entre 1990 y 2020, los datos arrojaron que el 10% más rico de la población mundial emite casi el 48% de las emisiones globales en 2019, el 1% superior emite el 17% del total, mientras que la mitad más pobre de la población mundial emite el 12% de las emisiones globales.
Dentro de la campaña “La justicia ambiental no puede esperar” impulsada por la organización EDUCA y la REDECOM se busca generar un dialogo, reflexión y acción a partir de diferente actividades que ahonde en los impactos y las alternativas al cambio climático, los defensores comunitarios coinciden en que la crisis climática que vivimos no es sólo un problema ambiental, es sobre todo un problema de orden ético y político. Además de reflexionar en torno a como este impacto afe4cta mas alas comunidades indígenas que se enfrenta día a día a megaproyectos extractivos que incrementan a esta problemática global.
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