La semana pasada, la Red en Defensa del Maíz se reunió en Guelatao, Oaxaca, donde comunidades, organizaciones y activistas que constituyen la red debatieron sobre el futuro del maíz y las políticas públicas que amenazan sus territorios.
Tras la reunión, que se celebró del 12 al 14 de noviembre, se pronunciaron por que se respete su libre determinación y autonomía y que los programas de protección del maíz surjan de entre ellos y no les sean impuestos desde fuera. En lugar del control estatal, que a menudo es contrario a las demandas de las comunidades, habría que fortalecerlas y apoyarlas para que lleven a cabo proyectos de forma independiente.
En su declaratoria, manifestaron que “la solución a los problemas ambientales, energéticos, climáticos, alimentarios y de salud surgirá de nuestros pueblos, no del modelo de tecnologías pseudo-innovadoras pero altamente nocivas.” Asimismo, expresan su rechazo de la minería, las hidroeléctricas, la construcción de megaproyectos, los monocultivos, invernaderos agroindustriales repletos de agrotóxicos y la venta de las fuentes de agua.
Una fuerte crítica a los acuerdos de libre comercio también forma parte del comunicado. Limitan la capacidad de actuar de la nación y ponen en peligro los territorios al importar maíz transgénico y pesticidas.
La reunión tuvo lugar en los días en que se hizo pública la probable derrota de México en el conflicto con EU por la prohibición de la importación de maíz transgénico. El vecino del norte de México había interpuesto una demanda contra la prohibición de importación ante un tribunal del T-MEC y, según el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, EU prevalecerá en el juicio cuya sentencia se espera el 14 de diciembre.
El periodista Luis Hernández Navarro describió la lucha contra el maíz transgénico como “David contra Goliat”. La industria agrícola utiliza sus enormes recursos para financiar estudios favorables, mientras que la investigación independiente solo recibe una fracción de la financiación. EU es el mayor productor de maíz, con casi 390 millones de toneladas al año, la mayor parte de este maíz está modificado genéticamente. Por ello, el lobby agrícola es poderoso y la presión para conseguir el libre acceso al mercado mexicano es grande.
La presencia de maíz transgénico en la comida mexicana es enorme. En un estudio realizado por la UNAM en 2017, se encontró que el 90% de las tortillas contenían maíz transgénico y también más del 80% de los alimentos procesados. Luis Hernández Navarro coincide con Red en Defensa del Maíz en la solución del problema: “No es sólo asunto de leyes o decretos. Sin un cambio en las reglas globales de comercio y sin otro modelo agrícola que modifique el actual no habrá forma de hacerlo.”
Comunicado Declaración de la Red en Defensa del Maíz en Guelatao, Oaxaca | Opinión Luis Hernández Navarro La Jornada – Descalabro maicero | Estudio de la UNAM 90% del maíz de las tortillas en México es transgénico: Académica de la UNAM | Fundación UNAM | Nota La Minuta Advierten que México perderá juicio contra importación de maíz transgénico – EDUCA | Fotografía Cortesía