La siembra del agua, es una práctica ancestral que desde tiempos antaños se viene realizando en diversas comunidades indígenas para agradecer y pedir a la madre tierra por buena siembra, buen temporal o lluvia y una buena cosecha, pero también para pedir justicia y paz en los pueblos. Una forma de espiritualidad indígena que se ha ido perdiendo en los últimos años ante el embate moderno pero que aún resiste y busca ser rescatado en diversas comunidades.
En la parroquia de la Sagrada Familia, en la colonia Bugambilias de Santa Rosa Panzacola esta práctica se viene realizando desde hace más de 7 años, donde la espiritualidad católica se entrelaza con la espiritualidad ancestral. Para este sábado 03 de mayo de 2025, habitantes de esta colonia recorrieron una de las principales calles para caminar en procesión junto a San Isidro Labrador hasta uno de los ojos de agua de la colonia.
En el lugar se agradeció pero también se pidió por el agua, la justicia, la salud y por la liberación del defensor zapoteco Pablo Lopez Alavez, criminalizado por la defensa el agua y el bosque y que se encuentra injustamente preso desde hace 15 años. Su esposa Yolanda Cruz asistió a esta celebración y compartió una carta que el defensor envió como ofrenda desde la cárcel:
“Hoy día de la Santa Cruz, felicito a cada uno de ustedes que hoy nos reunimos para dejar sencillas ofrendas a nuestra madre tierra para la siembra del agua y sembramos para la cosecha de la lluvia, hoy un día especial inolvidable, nuestros antepasados, nuestros abuelos venimos celebrando nuestras creencias, qué es herencia (…)quiero agradecer a cada uno de ustedes por toda la lucha que han hecho, por mantener la creencia de la fe viva y hablar por mí, por mi libertad, ya que el gobierno del Estado no escucha. Sigo solicitando más apoyo a cada uno de ustedes hasta que el gobierno nos escuche y dé mi libertad” se leyó antes de comenzar la siembra.
Silvia Gabriela Hernández Salinas, medica tradicional, partera y una de la impulsoras de esta siembra del agua, sembró y pidió por la libertad y pronta justicia para Pablo López y para su esposa Yolanda Cruz quien también ha padecido durante 15 años este injusto encierro.
“
somos un fruto de esta tierra y a veces ejercemos la justicia de mala manera, a veces ejercemos otras formas, otros modos y entonces un poquito sembrar la paz, la cultura, la dignidad, una forma pues más armoniosa con el corazón y con el habitar(nos). Eso también necesita escucharlo la madre” señaló en entrevista la sanadora Silvia Hernández.
Por su parte, el párroco Martín Octavio García Ortíz durante su intervención en la ceremonia dijo “que haya luz para todos los trabajadores que están buscando también mejorar sus condiciones de trabajo. Que haya luz para todos los campesinos. Que haya luz para Sandra, que encuentre justicia. Que su familia encuentre también la recompensa pronta de la justicia como ella buscaba siempre la justicia. Que los culpables también encuentren la luz” señaló.
Con profundo agradecimiento y fe, al termino de la siembra y bendición, las familias de la colonia compartieron diversos alimentos, las danzantes bailaron a los cuatro elementos, la música de jarana del colectivo “Son los Tlacuaches” acompaño la ofrenda que niñas y niños también entregaban a la madre tierra.
Para Silvia, esta siembra del agua “Es desde la cosmovisión indígena Zapoteca y seguramente en todos los pueblos de todo el mundo existen ese tipo de ofrendas a nuestra madre tierra para hablarle al agua, al viento, al fuego, a la tierra y pues que ahí haya como ese sincretismo de esos cuatro elementos que se unen con nuestra con nuestro centro que es nuestra rectitud con la vida (…) según la versión de nuestros pueblos, según la cosmovisión y según la práctica que que realicemos. Es una práctica cotidiana. Aquí en la ciudad tiene 7 años en la parroquia de la Sagrada Familia, pero el padre Martín antes también lo realizaba con otro otro sembrador de agua. Yo antes de aquí estuve en la Mixteca con el padre Chanito y es una cosmovisión entera íntegra de nuestros pueblos, que no está documentada porque es más, no es algo new age, sino es algo desde la práctica cotidiana de nuestro lenguaje de habitar el mundo y poder platicar con nuestros sagrados elementos desde también rendirles un homenaje, darles una siembra, darles una comida”, finalizó en entrevista la medica tradicional.
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