“En la historia colectiva y comunitaria de Oaxaca las alternativas han existido, existen y existirán mientras que las comunidades las nombren, las practiquen, las compartan y difundan” escriben en la reciente estrega número 50 de El Topil “La justicia ambiental no puede esperar”, en su artículo Angélica Castro y Neftalí Reyes, integrantes de EDUCA AC. Reflexionan y analizan sobre los saberes comunitarios en Oaxaca, cómo alternativas y esperanzas para un mundo más justo.
Por ello enfatizan en la importancia de regresar a lo propio, a la raíz a ser comunidad y vivir en comunidad más allá de sistema de desarrollo capitalista. En las comunidades “las alternativas” son entendidas como camino y veredas construidas históricamente, que pueblos y comunidades transitan en el día a día, esto a través de compromisos colectivos y necesariamente organizados.
Un ejemplo claro de compromiso y organización colectiva son las acciones que el Frente No a la Minería por un Futuro de Todas y Todos, en los Valles Centrales de Oaxaca, ha emprendido desde 2009 frente a los impactos que han experimentado por el proyecto minero o “San José” y su expansión, pues desde su llegada a la comunidad San José del Progreso el tejido social y la seguridad comunitaria se vieron comprometidos y dos defensores del territorio fueron asesinados.
Sin embargo, a pesar de todo el clima de violencia, el frente decidió retejer y reconstruir sus formas de organización y sus sistemas internos para fortalecer el tejido social y reconstruir la paz en la región, a través de la instalación de “Movimiento Radio” en San José del Progreso, donde compartían información real. Las comunidades generaron asambleas de información que dio como resultado la negación de cualquier proyecto extractivo, además de impulsar acciones culturales y políticas para defender el territorio. En 2017 movimientos y comunidades en resistencia contra la minería de todo el estado de Oaxaca se reunieron en la comunidad de San José de las Huertas, donde se estableció al 22 de julio como Día Estatal de Rebeldía contra la Minería, fue así como cada comunidad acordó en reivindicar la lucha contra los proyectos extractivos.
Comunidad y territorio son espacios en disputa, por tanto, espacios donde se reivindica y reproduce la vida traducida en apuestas sociales, culturales, políticas y económicas; desde Oaxaca existen diversos esfuerzos por defender esta forma de vida comunitaria practicada en el día a día. Es importante pues, reivindicar dichos esfuerzos para construir un mundo con justicia social, consideramos que éste es el horizonte a construir de manera colectiva, finalizan Castro y Reyes.
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