Cuando Israel desató su implacable guerra de venganza contra la población de Gaza, los sindicatos palestinos pidieron a sus colegas de todo el mundo que boicotearan el suministro de armas a Israel: “Pedimos con la máxima urgencia que se ponga fin al comercio de armas con Israel, así como a toda financiación e investigación militar. Ha llegado el momento de actuar: hay vidas palestinas en juego”.
Los sindicatos belgas, entre los más fuertes de la Unión Europea, se han propuesto paralizar el envío de armamento para Israel a través de sus puertos y aeropuertos. Las organizaciones del transporte, como la CNE, Setca, Transcom y UBT, han dado indicaciones a sus afiliados de no cargar ni descargar material bélico destino a la guerra contra la población palestina.
Es una táctica de boicot que la CGT quiere importar a España. “Hacemos un llamamiento a la sociedad civil y a la clase trabajadora en particular que impida el envío de material militar o cualquier forma de colaboración con el Estado de Israel” ha señalado en un comunicado la confederación sindical.
Muchos sindicatos de otros países siguen el ejemplo belga. En Barcelona, Estado Español, los estibadores decidieron no permitir el envío de materiales al conflicto de Gaza. Lo hacen con el “único propósito de proteger a la población civil, independientemente del territorio. Ninguna razón justifica el sacrificio de civiles”.
En Colombia el sindicato de mineros quiere que se suspenda el suministro de todos los minerales y combustibles a Israel. Al boicot de armas también se suman sindicatos de Canadá, Estados Unidos, la India, Brasil, Japón, Polonia así como Reino Unido e Irlanda del Norte.
Mientras, en la ciudad portuaria de Génova en Italia, los estibadores están invitados por el Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios (Calp), que ha creado una red internacional para obstaculizar los “barcos de la muerte”, a impedir la exportación de armas a Israel, y el fin de semana pasado bloquearon la naviera ZIM, la principal empresa logística de Israel. Cabe mencionar que ya hicieron estos bloqueos en el pasado con el material de guerra destinado a Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos. Arabia Saudita es un actor crucial en el sangriento conflicto en Yemen que cobró cientos de miles de vidas.
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