Al menos 3,304 indígenas tsotsiles de los municipios chiapanecos de Chenalhó, Chalchiuitán y Aldama, personas en situación de desplazamiento forzado, sufren emergencia alimentaria y se encuentran en condiciones de hacinamiento: en casas prestadas, rentadas y en situaciones críticas que se han acentuado por la pandemia de COVID-19, que les impide la posibilidad de salir a algún lugar para trabajar. Representantes de los desplazados y organizaciones acompañantes pidieron a los gobiernos federal y estatal una actuación con debida diligencia para implementar las medidas cautelares urgentes, entre ellas la implementación de un Plan de Emergencia Alimentaria y la presencia de la Cruz Roja Internacional. Los indígenas explicaron que por la situación de violencia que viven, varias de las familias tienen sus casas quemadas, destruidas y/o baleadas, no tienen acceso a sus trabajaderos para el cultivo de sus tierras, y no pueden sembra r y cosechar su maíz, frijol, frutas y verduras. Además, no tienen la posibilidad de salir a algún lugar para trabajar, no han podido ir a cosechar su café, siendo una de las fuentes de ingreso económico para completar el sustento durante el año. Por ello también hicieron un llamado a la sociedad civil para que se solidaricen con acciones para combatir la emergencia alimentaria y la desnutrición en este territorio.
Boletín de prensa: Alertamos posible hambruna a indígenas tsotsiles en desplazamiento forzado. Más información: En riesgo de hambruna, más de 3 mil indígenas desplazados de Chiapas; coronavirus agravó su situación. Contexto: Atacan paramilitares a comunidades de Chalchihuitán y Aldama, pese a confinamiento