“La catástrofe socioambiental que vivimos no es repentina, es resultado de la violencia impuesta en nuestra vida y nuestros territorios por más de 500 años. El cambio climático es la expresión de un sistema dominante que ha priorizado la riqueza a costa de la explotación de la tierra”, así explica el colectivo Hackeo Cultural el momento de ebullición en que se encuentra el planeta.
Este texto, publicado en el más reciente número de El Topil, analiza el rol de los pueblos y comunidades: “Los pueblos indígenas somos las comunidades más afectadas por los efectos de la crisis, a pesar de ser quienes menos emisiones contaminantes generamos, nuestra vida depende de los mares, bosques y selvas, pues es directamente de la tierra y el mar donde encontramos el alimento, la medicina y el hábitat que permite nuestra subsistencia”.
Integrado por Andrea Ixchíu, Erandi Medina-Huerta, Erika Hernández, Mitzy Cortés, Rosa Marina Flores y Wendy Juárez, el colectivo reflexiona también sobre el papel de las mujeres: “En tiempos de hambruna, sequía y escasez somos nosotras quienes nos encargamos de procurar la comida, cuidar y preservar la vida familiar. Las mujeres indígenas alrededor del mundo somos las que siembran maíz y rebelión, las que alzamos la voz en nuestra lengua. Somos las que decidimos sobre nuestro cuerpo y reproducimos la vida. Nuestra existencia es resistencia”.
“En medio del exterminio, las mujeres recuperamos la tierra robada, insistimos en celebrar nuestra existencia, sembramos esperanzas, somos la tierra curándose a sí misma. El cuidado de la madre tierra nos une para hacer justicia”.
Leer el artículo completo El Topil 50. La Justicia Ambiental no puede esperar – EDUCA (educaoaxaca.org) Imagen gráfica EDUCA.
