La crisis de basura en una ciudad turistificada masivamente y la mala gestión de los residuos ha implicado un gasto de 231 millones 704 mil pesos para el traslado de la basura fuera del estado, esta crisis se evidenció cuando el basurero más grande de la capital y en donde 25 municipios de la zona vertían sus desechos, cerró de manera definitiva el 8 de octubre de 2022 en Villa de Zaachila.
La capital Oaxaqueña era un basurero, los camiones no pasaban, los sindicatos comenzaron movilizaciones mientras el descontento social aumentaba. Fue entonces que el gobierno de Salomón Jara presentó un proyecto ante la problemática de la basura llamada Centro Integral de Revalorización de los Residuos Sólidos Urbanos, el CIRRSU, presentada como un gran proyecto que según el gobierno traería beneficio económico, de empleos e infraestructura para la comunidad que decidierá aceptarla.
El CIRRSU primero se pensó para establecerse en Zaachila, donde antes se encontraba el basurero, pero la comunidad no aceptó por las múltiples consecuencias que el basurero les había dejado. Luego fue Mitla y luego San Lorenzo Albarradas pero ambas comunidades mediante su asamblea comunitaria rechazaron el proyecto argumentando que “traería inseguridad en su entorno social y afectaría la imagen visual de la demarcación, donde se localiza el parador turístico Hierve el Agua”.
Tras la negativa de albarradas, días después el gobierno anunció la reubicación del proyecto en el municipio de San Pedro Totolápam, con una inversión de 600 millones de pesos y que aún no comienza construirse.
Sin embargo a finales de enero Alfredo Feliciano López, alcalde de Nochixtlán, informó que sería en este municipio donde se instalará el CIRRSU según reportó el portal Vivo Noticias. La nota circuló en redes sociales y este jueves, habitantes de esta comunidad mixteca manifestaron su rechazo al proyecto que, dijeron, el gobierno pretende establecer en el paraje La Cantera, ubicado en su territorio, apoyado por autoridades municipales y agrarias. Manifestaron que entre las principales razones de la negativa a este proyecto es que “no hay un estudio de impacto ambiental ni de los daños a la salud”.
Además aseguraron que el CIRRUS no está pensado para solucionar un problema local sino como un negocio que podría provocar inseguridad por la entrada de sindicatos y organizaciones que se sabe participan en los proyectos del gobierno estatal y son ajenas a su comunidad. Según el informe del Ejecutivo, en la planta serán tratados alrededor de 850 toneladas de desechos que se generan diariamente en la zona metropolitana.
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