Tras siete años en prisión, Fidencio Aldama, preso político y defensor del pueblo Yaqui por oponerse al Gasoducto Sonora, fue liberado este viernes 14 de julio, después de ser criminalizado y encarcelarlo injustamente, Fidencio es libre en un México que cambió completamente de contexto político.
Luego de que un juez federal lo declaró inocente por falta de pruebas del delito que se le fabricó. El gobernador, secretario, comandante y un integrante de la tropa, Guadalupe Flores, pasaron por él hasta dentro del Centro de Readaptación Social de Ciudad Obregón en la camioneta de la guardia tradicional. La policía ofreció escoltarlos, pero lo rechazaron y así tomaron camino a Loma de Bacum. La liberación de Fidencio es el primero de por lo menos 15 demandas que exige el pueblo yaqui de Loma de Bacum al gobierno de México, poblado que mantiene detenido el gasoducto y exige indemnización por los daños causados en su territorio y la cancelación, anulación, derogación y cierre de las carpetas y procesos judiciales abiertos contra las autoridades tradicionales o tropa de Loma de bacum.
“Aprovechamos las condiciones que se nos dieron ahorita, favorables. Luego luego lo primero que le planteamos al Estado fue su liberación. El segundo punto es el reconocimiento de la propiedad del espacio territorial de la Nación de la Tribu Yaqui, que contempla agua, aire, tierra, mar y subsuelo”. Cuenta el yo’eme defensor de la tierra y el agua.
Desde 2016, el pueblo yaqui de Loma de Bácum inició un proceso legal contra la imposición del Gasoducto Sonora en su territorio, pero la empresa IEnova, filial de Sempra Energy, continuó «irrumpiendo y faltando al respeto al pueblo de Loma de Bácum, y siguió y trazo el gasoducto por su territorio», explicó Aldama en un mensaje desde la cárcel en julio de 2022. Hoy Fidencio regresa a las calles de su pueblo, al cargo que dejó y a realizar su función de matachín dentro de los rituales. Ahora está en diálogos con sus abogados para emitir un posicionamiento público sobre las circunstancias en las que sale. El líder yaqui fue detenido el 27 de octubre de 2016, días después del enfrentamiento, y fue sentenciado en 2018 a 15 años y seis meses de prisión, acusado de un crimen que no cometió.
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