La reforma constitucional en materia energética, promovida por el presidente Enrique Peña Nieto, fue aprobada por el Congreso de la Unión en diciembre de 2013. El presente año se aprobó la legislación secundaria, con lo cual culminó un proceso largo y complejo de discusión y debate. Aunque la reforma energética fue aprobada por las dos terceras partes del congreso, también hay que decir que dos terceras partes de la población en México rechaza dichas reformas. En el presente número de El Topil queremos analizar dicha reforma a la luz de los conceptos de justicia y derechos humanos. Hemos invitado a expertos y activistas en la materia. En este número Hipólito Rodríguez reflexiona: “Las empresas que buscan hacer negocios generando energía no solo están interesadas en el gas y el petróleo. También están interesadas en el viento que corre por nuestros territorios, porque ahí pueden instalar sus aerogeneradores. También tienen interés en nuestros ríos, donde pretenden construir grandes represas. Ya conocemos los impactos negativos de estos proyectos, donde las empresas se llevan los beneficios y a nosotros nos dejan sólo migajas.”
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