Giovanna Gasparello, investigadora del la Dirección de Etnología y Antropología Social del Instituto Nacional de Antropología e Historio (INAH), analiza para la revista El Topil los dos proyectos emblemáticos del actual gobierno en el sur del país: El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) y el Tren Maya, “dos megaproyectos interconectados en los aspectos económicos y geopolíticos, además de tener en común inconmensurables impactos sociales y ambientales, así como fuertes resistencias por parte de la población que habita los territorios afectados por las obras. En particular, se impulsan en territorios habitados en mayor medida por población indígena”.
Un alarmante elemento común en ambos proyectos, según Gasparello, es la militarización de los territorios y de las obras mismas: “Muestra de ello son las múltiples amenazas y atropellos a las comunidades que se oponen al Corredor Interoceánico en Oaxaca, la más recién en abril de 2023 cuando fue desalojado por elementos de la Marina el plantón de las comunidades mixes en Mogoñé Viejo y arrestadas varias comuneras”.
La militarización de la obra del Tren Maya ha servido “para disuadir cualquier forma de inconformidad y de organización colectiva; la intimidación es evidente cuando los soldados impiden a ejidatari@s y campesin@s acercarse a la vía en construcción o cruzarla para alcanzar sus tierras de cultivo, como ha sido denunciado por comunidades de Quintana Roo frente al Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza, en marzo 2023”, reitera la investigadora.
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