Oaxaca se ha convertido en terreno de experimentación de la imposición de mega proyectos a costa de lo que sea. Las ganancias multimillonarias para las grandes empresas mineras; los costos sociales y humanos, como siempre, los pagarán los “indios conflictivos”, como se les llama con desprecio a los defensores comunitarios. Es evidente que el gobierno de la alternancia, nuevamente se lavará las manos y saldrá a decir que no tiene “vela en este entierro”, pero, eso sí, se comprometerá con una investigación “eficaz”. Los grandes consorcios mediáticos, aliados de Cuzcatlán, darán espacio en la nota roja y soltarán en sus editoriales que se trató de una confronta interna de pares. Sin embargo, de estos lamentables acontecimientos, en los que perdió la vida nuestro compañero Bernardo Vásquez, germina un mensaje muy claro: la lucha por la defensa de los territorios en Oaxaca no tiene marcha atrás. El empeño y el trabajo de muchos defensores y defensoras en pro de los derechos humanos y territoriales es, hoy por hoy, la punta de lanza de las transformaciones sociales y políticas en Oaxaca… Nuestra solidaridad con la familia de Bernardo Vásquez y nuestro reconocimiento a su valiente lucha.
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