La pregunta “¿A quién benefician los megaproyectos del Sureste?” guía el artículo de Ana Esther Ceceña, experta en geopolítica, en actual número de la revista El Topil sobre el Corredor Interoceánico. La respuesta corta es: No se beneficia la población local, sino los grandes poderes con sus interéses geoestratégicos en la región.
Ceceña, reconocida economista de la UNAM, señala: “Para entender las claves de las grandes obras de infraestructura y reordenamiento integral de la vida que se impulsan en el sureste mexicano es necesario conjuntar piezas muy distintas entre sí: algunas nos llevan a revisar tramas históricas con orígenes confrontados; otras responden a proyectos continentales de integración subordinada”.
Tras revisar algunas de las claves geopolíticas históricas y actuales, con actores como Estados Unidos y China. Respecto al Corredor Interoceánico, Ceceña comenta: “El paso por el Istmo de Tehuantepec cobra nueva importancia, en la medida que constituye la ruta más rápida y corta para conectar la Costa Este con sus mercados del Pacífico. El hecho de estar dentro del territorio de América del Norte, con la dependencia de México frente a Estados Unidos y los lazos militares cada vez más estrechos entre ambos, ofrece la posibilidad de que la vigilancia y control del paso quede, aunque sea sólo en calidad de asesores, en manos de los cuerpos de seguridad (militares incluidos) de Estados Unidos. Esto dará tranquilidad al tránsito de containers seguramente, pero obligará a repensar el significado de la soberanía nacional”.
Sobre la resistencia local contra los megaproyectos en el sureste, Ceceña destaca que esta provino “tanto de los pueblos afectados, como de científicos y especialistas de todas las disciplinas del saber, así como de sabios locales. Los argumentos han sido respondidos militarizando el proceso, al extremo de declarar las obras de Seguridad Nacional. Un total sinsentido”, reitera la profesora.
Leer el artículo completo en El Topil 49. Corredor Interoceánico, una amenaza a la vida de los pueblos
