Familias completas, entre ellas al menos 500 niñas y niños que integran la caravana “Viacrucis Migrante” llevan más de 25 días recorriendo cientos de kilómetros desde Tapachula Chiapas hasta el Istmo de Tehuantepec, entre carriolas modificadas o algunos cargando a sus hijxs nada detiene la ilusión de padres y madres de familia de llegar a Estados Unidos.
Algunas son madres solteras, otras vienen con sus esposos, pero en el trayecto, todas buscan las formas para proteger a sus menores de las inclemencias del tiempo, como los fuertes vientos que aún se sienten o las altas temperaturas que ya llegaron. Autoridades médicas del Instituto Nacional de Migración (INM) estiman que viajan más de 50 embarazadas.
La caravana llegó a Juchitán el pasado 16 de abril, sin embargo esto les costó un enfrentamiento con integrantes de la Guardia Nacional quienes por orden del gobierno federal y estatal intentaron desviar la caravana al estado de Veracruz.
Cerca de la carretera se concentraron, además, agentes del INM para participar en el operativo. Los migrantes respondieron a la acción de la Guardia Nacional con palos y piedras y lograron sobrepasar la barrera para proseguir su camino hacia el norte del país.
“Quisieron detener a la caravana, pero logramos pasar. No nos respetan nuestros derechos humanos. Sólo pedimos que nos dejen avanzar”, expresó Daniel, un migrante de origen colombiano en entrevista con la agencia de noticias internacional APnews.
Organizaciones y activistas condenaron estos hechos, pues en ella también se encontraban infancias y mujeres embarazadas. A pesar del llamado del activista Luis García Villagrán de dar alojamiento y seguridad, las autoridades han preferido hacer caso omiso y ni los toman en cuenta. Ante estos hechos no se reportaron detenidos ni lesionados.
Desde inicios de año las autoridades locales han intensificado las detenciones de extranjeros, tras los acuerdos a los que llegaron entre diciembre y enero los gobiernos de México y Estados Unidos para hacer frente al creciente flujo migratorio. Desde ese entonces el gobierno de Oaxaca no ha permitido que ninguna caravana llegue a la capital del estado.
Los migrantes del Viacrucis continúan descansando en las instalaciones donde funcionó el CMM de Juchitán y aun no deciden su reanudan mañana o pasado la caminata hacia la capital oaxaqueña, o avanzar sobre la carreta Costera de Salina Cruz hacia Huatulco.
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