Este año, Ucrania cumple dos sombríos aniversarios:10 años de guerra en la región de Dombás y dos años de la invasión rusa que ya ha costado la vida de al menos 20.000 civiles ucranianos y de un número mucho mayor de soldados. Millones de personas se han visto obligadas a huir al extranjero, millones más están desplazadas dentro del país. Ucrania se encuentra hoy día en una situación militar difícil y otros países europeos, fronterizos con Rusia, están amenazados.
En el contexto de estos aniversarios, documentamos algunas voces desde la izquierda ucraniana y europea. Como analiza Oksana Dutchak, miembro del consejo editorial de la revista ucraniana Commons (Comunes), tras dos años de guerra, la fragilidad de la resistencia popular es real. Pero, prosigue, “esto no significa que la sociedad en su conjunto haya decidido abstenerse de luchar contra la agresión rusa, sino todo lo contrario: la mayoría comprende las sombrías perspectivas que impondría una ocupación o un conflicto enquistado, que podrían intensificarse con los renovados esfuerzos [de Rusia]”.
El activista ucraniano Oleksandr Kyselov recuerda un rasgo esencial ignorado por muchos en la izquierda: la masiva movilización popular ante la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022. Frente a la dificultad de mantener este nivel de movilización en el contexto de una guerra asesina en curso y de los ataques sociales del régimen de Zelensky, Kyselov subraya el doble desafío: democrático y social.
Kyselov, miembro de la organización ucraniana Sotsialny Rukh (Movimiento Social) llama a una “agenda para la izquierda” en Ucrania. La Red Europea de Solidaridad con Ucrania (RESU/ENSU), creada en la primavera de 2022, se orienta en estos puntos de partida. Es una plataforma que expresa el apoyo a la resistencia popular ucraniana contra la invasión rusa, rechazando todas las formas de colonialismo y basada en la independencia de todos los gobiernos.
Por su parte, Oleksandr Kyselov recuerda que la guerra en Ucrania tiene sus implicaciones globales: “En el nuevo mundo de pequeños imperialismos en competencia, que marca la decadencia del imperio estadounidense, tendremos que prepararnos para tiempos más oscuros y sentar las condiciones para un eventual renacimiento. Lo mínimo que podemos hacer entonces es mantener los vínculos y no vernos como enemigos, aunque acabemos en bandos enfrentados.”
También el sindicalista belga, Laurent Vogel, miembro de Red Europea de Solidaridad con Ucrania, subraya que la resistencia ucraniana tiene su vertiente global, porque lucha “en el frente contra el ocupante, en la retaguardia por una sociedad más igualitaria y democrática”.
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