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Rostro y corazón en digna resistencia: Oaxaca en la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el territorio

By 21 abril, 2017 Sin Comentarios

cierre campa3Desde abril del año pasado y hasta este abril, se realizó la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el territorio, que es un empeño nacional de la sociedad civil que tiene por objeto dar visibilidad y articular las luchas que se realizan en todo el país para detener el despojo en curso y la destrucción ambiental, y cuyo uno de los objetivos es visibilizar la lucha de los pueblos originarios en la defensa de sus derechos colectivos, y a la que se han sumado pueblos, comunidades y organizaciones civiles a nivel nacional.

En el Recuento de la Movilización Estatal por la Defensa de la Madre Tierra y el Territorio, destaca el Foro Estrategia de Lucha en Defensa de la Madre tierra y el Territorio, donde se dieron cita habitantes de territorios representativos del Estado de Oaxaca acompañados por organizaciones sociales como la Coordinadora de Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán (COPUVO), los Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, el Comité Ixtepecano por la Defensa de la Vida y el Territorio, la Coordinadora de Pueblos Unidos en defensa del agua, (COPUDA), el Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (COPUDEVER), la Red de Defensoras y Defensores Comunitarios de Oaxaca (REDECOM) y Servicios para una Educación Alternativa, EDUCA A.C. para compartir su palabra y su lucha diaria.

En la Calenda por la “casa común” se escucharon las palabras del viento y de la tierra, se compartieron para hacer fiesta, “porque la fiesta también es una manera de resistir” para agradecer la presencia del dios y de la diosa que nos cuida y nos protege, que nos provee de alimento y nos bendice el corazón, para agradecer el camino que nuestros antepasados han forjado para nosotros. Ese día se ofrendaron rituales sobre los adoquines de las calles de la Antigua Antequera, compartimos la danza, el copal, la música, el totopo, el agua bendecida de lluvia y la esperanza. “Nuestra historia, nuestra lengua, vestimenta y gastronomía son raíces florecidas que ahora sostienen las espesuras de los caminos por los que andamos. Somos hijas e hijos del maíz, pues nuestra cultura tiene profundas raíces arraigadas a las costumbres de los mayas, el sentido místico del maíz, no ha dejado de ser parte fundamental en nuestra cotidianeidad, en nuestra historia, es parte de nuestra alimentación, de nuestra memoria y nuestra historia viva.”

A un año de aquellas experiencias que se hermanaron en justo reclamo por las luchas que aún llevan a cabo los pueblos, la Campaña por la Defensa de la Madre Tierra y el Territorio ha finalizado como primera parte de una serie de acciones que pretenden seguir visibilizando la defensa del territorio que hacen las comunidades indígenas. En la Plazuela del Carmen se llevó a cabo el ritual de agradecimiento y la danza que, acompañada del copal y al ritmo del tambor, hizo cimbrar a los presentes, al final, todos danzamos bajo la lluvia con el espíritu agradecido por todo lo que nos es dado. Nos llevamos el color, el palpitar de los corazones y la palabra florida.

Aquellas y aquellos que comparten el ombligo sembrado en la tierra, desde Cherán, Xochicuautla, San José el Progreso, Lachatao, Ixtepec, Calpulálpam, los Ikoots, Purépechas, Chontales, Mixes, Zapotecas, todas y todos los que defienden el territorio que les ha sido legado. Ellas y ellos pueden responder que la tierra no nos pertenece, que somos nosotros los que pertenecemos a la tierra, que es ella la que alimenta la sacralidad del ser humano.

En estos tiempos en que se observa la represión que el Estado ejerce sobre las y los que defienden el territorio, a semanas de los asesinatos de José Alberto Toledo Villalobos y Benjamín Juárez José, compañeros todos, a pocos días de que el mismo Estado niega el amparo a las comunidades Binizá, pareciera que la injusticia se perpetua. Cuando hay resistencias en contra del sistema, todas las expresiones son legítimas, es por eso que acciones como las realizadas en la Campaña por la Defensa de la Madre Tierra y el Territorio, se hacen necesarias, para acompañar a las y los que levantan su voz y ofrecen su digna resistencia.

En el Día Internacional por la Madre tierra, la emergencia tiene color: el color de la tierra. La lucha y la resistencia continúan y se alimentan en las prácticas cotidianas, tenemos certeza, la flor de la palabra seguirá retoñando en la medida que la conciencia sea abono a la dignidad de los pueblos originarios que refrendan en todas sus expresiones: Sí a la vida. Ellas y ellos, nosotros todos, sabemos que es preciso que nuestro rostro y corazón den constancia de nuestros actos. Esperamos heredar a nuestras futuras generaciones la esperanza, el gozo y lo sagrado, lo ritual y lo universal de palabras-semillas: Madre Tierra, Territorio, Maíz, Agua, Vida, Viento, Comunidad: su legado.

 

Astrid Paola Chavelas López

Maestra del Bachillerato Comunitario Quiechapa.

Sierra Sur. Oaxaca.


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