Por cada peso que pagamos por comida industrializada, pagamos otros dos pesos más por los daños a la salud y al ambiente que provoca el sistema agroalimentario industrial. Costos que son pagados por el erario, es decir por la propia población. “Es un subsidio mayúsculo e invisible a las empresas trasnacionales que dominan la cadena agroalimentaria industrial para seguir produciendo alimentos industriales y transgénicos, con glifosato y otros agrotóxicos”, afirma Silvia Ribeiro. Justamente una de las cosas que esta pandemia ha puesto sobre la mesa es la estrecha conexión que existe entre la alimentación y las enfermedades. “Un tema que no es individual, sino sistémico y se debe encarar como tal. El sistema alimentario agroindustrial, desde las semillas al plato, es un generador de enfermedad y es causa mayor de destrucción ambiental, pero pese a ello, subvencionamos a las empresas que lo dominan pagando el triple del costo de la comida”, acusa Ribeiro, al tiempo que resalta que estas misma empresas “ahora están en juicio contra el decreto oficial que instruye a buscar alternativas al glifosato, para defender su derecho a seguir poniendo veneno en nuestros alimentos”.
El alto costo de la mala comida, por Silvia Ribeiro. Más información: VIDEO: ¿Quién nos alimentará? y Los estadounidenses gastan $1 trillón en alimentos cada año. El verdadero costo es tres veces mayor. Leer también: Urgente legislar para prevenir el conflicto de interés en el desarrollo de la política pública sobre los sucedáneos de leche materna y la lactancia. Foto: BioDiversidadLA. Contexto: A un año de la “Ley Antichatarra” no hay denuncias por ventas a menores en Oaxaca, Juez niega amparo a Bayer-Monsanto sobre glifosato y maíz transgénico y Mientras el glifosato regresa al campo mexicano, El Limón se declara municipio agroecológico
