Las parteras tradicionales en el estado de Oaxaca se han mantenido como una opción ante los tratos denigrantes y otros tipos de violencia obstétrica que persisten en los hospitales públicos y privados.
De 8 millones 700 mil mujeres que tuvieron al menos un parto entre 2011 y 2016, 2 millones 905 mil 800 mujeres (33.4%) sufrieron algún tipo de violencia en México, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) de 2016, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
De acuerdo al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) un camino de solución para reducir la violencia obstétrica es el reconocimiento y la inclusión de la labor de las parteras tradicionales en los sistemas de salud. Pero a pesar de que en México la partería es una práctica ancestral, ni las parteras tradicionales ni las profesionales reciben el debido reconocimiento.
Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos señala que las parteras “son un referente en sus comunidades y pueden ser aliadas de las instancias públicas de salud para disminuir la violencia obstétrica”, por lo que la partería debería ser una “prioridad para el Estado”.
La partería tradicional se vuelve una opción ante la violencia obstétrica que frecuentemente se presenta en los servicios de salud por parte del personal médico; tal es el caso ocurrido en Tila, Chiapas, donde se atendió a una mujer indígena embarazada, que derivó “en que el producto de la gestación muriera” y permaneciera ya sin vida en el cuerpo de la paciente por cerca de dos semanas, situación que derivó en iniciar el expediente de queja CNDH74/2019/324/Q ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Leer artículo de Paulina Ríos y Diana Manzo La partería tradicional en Oaxaca, una opción a la violencia obstétrica Imagen Isabel Briseño. Más información: Analiza el IMSS recomendación de CNDH sobre violencia obstétrica. Contexto: Dar a luz con apoyo de parteras tradicionales, opción en pandemia