Este cinco de mayo se celebra el Día internacional de la Partera, una practica ancestral de nacimientos que guarda profundos saberes comunitarios, culturales, herbolarios y sobre todo del cuerpo-teritorio. Actualmente este conocimiento ha dejado de transmitirse ante la imposición de la medicina occidental, pero en muchos territorios sobre todo indígenas esta practica sigue latente.
Este año el tema es “Las parteras: fundamentales en todas las crisis” una frase que busca nombrar, visibilizar y reconocer la labor indispensable de las parteras, especialmente en momentos tan cruciales como pandemias, desastres naturales, guerras y conflictos en territorios y promover la necesidad de invertir en la formación y el acceso a las parteras para garantizar la salud materna y neonatal a nivel mundial.
Cabe destacar que el 4 de marzo de 2025 se publicó la NOM-020, que busca regular la partería en México, sus alcances son importantes porque reconoce el acompañamiento fundamental que realizan las partera en México y de esta manera dar respuestas a las necesidades de atención a ala salud en territorios originarios y ante la ausencia de sistemas de salud públicos y accesibles. La norma también establece que las parteras podrán atender procesos de aborto seguro.
Este día, diversos colectivos, organizaciones se han pronunciado también contra la estigmatización hacia la labor de miles de parteras y parteros tradicionales, por lo cual desde 2019 se conformó una Agenda Nacional para la protección y defensa de la Partería Tradicional con parteras y organizaciones locales de varios estados.
Por otro lado, la iniciativa “periodismo de los posible” publico recientemente el programa de radio “Oaxaca: Kaxë’ëjkën, parir al calor del hogar y del territorio”, donde mujeres ayuuk y parteras tradicionales hablan sobre los retos actuales en la parteria en los pueblos originarios:
“En la comunidad ayuujk de Tlahuitoltepec, Oaxaca, el parto en casa era una tradición que se practicaba en armonía con el territorio y la espiritualidad. Sin embargo, con la llegada de los hospitales y la imposición de la medicina occidental, muchas mujeres fueron presionadas a renunciar a los partos en casa y por ende a sus prácticas ancestrales de nacimiento, enfrentando violencia obstétrica, cesáreas innecesarias y la negación de sus derechos sobre sus cuerpos y la vida de sus bebés. Ante estos abusos, un grupo de mujeres y parteras se organizó para recuperar el derecho a parir al calor del hogar. Con plantas medicinales, alimentos que sanan, una casa temazcal y conocimientos ancestrales, conciben el parto como un acto de autonomía y conexión con la tierra”.
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