Reportaje sobre el Foro “Ríos y Montañas en Peligro. Los Pueblos y su Derecho al Territorio”
Un sábado de noviembre muy soleado y caluroso, nacieron en El Foro Regional “Rios y Montañas en Peligro” muchas expresiones de unidad entre comunidades a lo largo de la costa oaxaqueña. El evento que unió el 14 de noviembre de 2015 a más de 450 personas en el municipio de Tataltepec de Valdés, con el objetivo de compartir información y unir esfuerzos en contra de una serie megaproyectos que se propone para la zona, entre ellos el proyecto hidroeléctrico “Paso de la Reina,” incluyó a 30 ponentes que compartieron sus experiencias y análisis, un nutrido trabajo en grupos y la abundancia de alimentos y aguas que se compartió entre todos y todas.
Y sin duda, la unidad fue una de las expresiones más importantes del foro organizado por las comunidades del COPUDEVER (Consejo de Pueblos Unidos en Defensa del Río Verde) y organizaciones afines, ya que estos pueblos enfrentan un problema que va mucho más allá de su región: Una tendencia impulsada por el gobierno y las transnacionales en todo México y alrededor del mundo para imponer grandes proyectos de desarrollo, con graves costos para los seres humanos, flora y fauna en las zonas de impacto. Según uno de los campesinos que expuso, “Si ahora vivimos más o menos bien, al instalarse el proyecto [hidroeléctrico], estaríamos mucho peor.” Otro agregó que “somos pobres, pero honrados;” a partir de su experiencia con proyectos del gobierno, aseveró que primero buscan comprar el acceso y si esto no funciona entonces comienzan las amenazas. El mensaje a las y los participantes, era de destacar que además de los costos a la salud y al medio ambiente, la honradez y la dignidad de los pueblos también están en juego.
Antes del arranque formal del foro, medio escondiéndose detrás de una de los grandes horcones de cemento que apoyan el gran salón comunitario de Tataltepec, una mujer mayor de edad preguntó en voz muy baja de qué se trataba el evento. Al oír que se trataba de un foro sobre los ríos y las montañas de la zona, dijo que no quería acercarse más, ya que en su experiencia los que hablan en esos eventos [de parte del gobierno] solían usar palabras y frases muy difíciles de entender, y además que su lengua materna es el Chatino y no el español. Con previas malas experiencias con los funcionares de servicios de salud, además de sus dificultades de entender y participar en eventos en español, le provocan hasta miedo de entrar en este tipo de evento público. Se quedó unos minutos más, observando el comienzo del evento y las largas filas de hombres, mujeres y jóvenes esperando para registrarse. Poco después, al oír de un participante que este fue otro tipo de evento, en el cual a lo mejor sí iba a poder entender y hasta se esperaba contar con la participación de todas y todos, se formó en la fila para tomar su gafete y paquete de información.
Ante el panorama de las recientes reformas estructurales a nivel nacional y fundamentados en la experiencia y una memoria colectiva de lucha social, los espacios como el foro favorecen la organización, la información, y la unidad como elementos indispensables de la resistencia de los Pueblos. Como muestra de esta unidad, participaron unas 51 comunidades y 17 organizaciones civiles. Varias personas viajaron más de ocho horas para participar en la actividad.
Al parecer, el compromiso y lucha no violenta durante los ocho años de COPUDEVER han dado fruto en muchos sentidos: Durante la presentación de un mapa de proyectos hidroeléctricos y concesiones mineras en la Costa, un participante del pueblo de Paso de la Reina, comentó que él antes pertenecía al grupo que quería esa represa hidroeléctrica. Durante mucho tiempo, dice, creía en lo que decían las “lenguas largas”: promesas de empleo, nuevas casas, autos para toda la comunidad, en fin, una serie de chambitas y bienes de consumo a cambio de la renuncia voluntaria del territorio y de los valores que han definido su vida comunitaria. El señor también había sentido un enajenamiento de su comunidad, por no ser practicante de la fe Católica que forma parte íntegra del sistema de cargos y de la asamblea comunal. Pero tras varios años viendo “del otro lado,” se fue dando cuenta de las mentiras de los representantes del gobierno que él había conocido. Además, empezó a aprender sobre las historias de comunidades afectadas por megaproyectos, y vio la unidad de las y los que resisten la instalación del proyecto hidroeléctrico en su comunidad. Dijo que se puso a pensar mucho, y que ahora “estoy con mi pueblo.” Terminó agregando que lo más importante de todo es, o ganando o perdiendo la lucha, siempre hay estar unido como comunidad.
Poco tiempo después, un ponente abordó el tema de unidad en el ámbito legal: Como se reconoce el artículo 115 de la Constitución Mexicana, los municipios tienen la posibilidad de dictar actas legales sobre uso de los territorios que rigen. Según este ponente del Colectivo Oaxaqueño en Defensa de los Territorios, los municipios—en coordinación estrecha con sus agencias, las autoridades agrarias locales y con las asambleas, en la presencia de testigos de otras resistencias si desean—pueden declarar una prohibición a la minería y las represas. Un acta posterior hecha por las autoridades agrarias podrá registrar la misma declaración en el Registro Agrario Nacional, como ya se ha logrado en 5 ocasiones en la Región Chontal de Oaxaca. Ya declaradas y legalmente consagradas, estas declaraciones locales pueden formar la base de las declaraciones regionales. Sin embargo, el ponente recordó que para llegar a este punto de unidad, es necesario hacer mucho trabajo fundamental, incluyendo: el fortalecimiento de los padrones locales para evitar la privatización de las tierras comunales y ejidales, una actualización estratégica de los reglamentos internos de las asambleas, fomentar la participación de todos los ciudadanos y todas las ciudadanas en estos procesos de renovación interna, formar las nuevas generaciones para resistir las concesiones en el largo plazo, y hasta el mapeo estratégico de los territorios.
Una ponente preguntó “¿En dónde se construye una hidroeléctrica?” “En los ríos,” fue la respuesta del público. “¿De dónde quieren sacar los minerales?” “De la tierra,” respondieron. Dados los 14 proyectos hidroeléctricos propuestos para la región de la costa, y demás proyectos mineros, las ponencias dejaron claro la necesidad de ver toda la zona como un conjunto cultural, social y ecológico más allá del proyecto Paso de la Reina. De modo de ejemplo, dijo un ponente, la defensa del territorio también implica la defensa de las playas, las semillas nativas, y las culturas locales.
Alfredo Acosta, líder de la Guardia Nacional Indígena de Colombia, se dirigió al público para enfatizar los aspectos culturales y espirituales de la lucha de defensa territorial. Según él, los pueblos indígenas en todo Latinoamérica comparten un amor por la madre tierra. El modelo de desarrollo impuesto por los megaproyectos no reconoce esta relación de los seres humanos con el medio que nos alimenta y nos define en gran parte, y mucho menos las cosmovisiones que la revindican. Por lo tanto, “no hay que dejar que nuestro ombligo se aleje de la tierra:” las acciones de defensa se deben hacer con las y los ancestros en la mente, y desde el corazón.
El trabajo en grupos también arrojó ideas claves que no se habían compartido en las intervenciones anteriores: Las y los participantes del foro se dividieron en seis grupos para responder a las preguntas “¿Qué acciones pueden hacer para defender el Territorio?” y “¿Qué respuestas tienen para el foro?” De allí, se repitió varias veces la necesidad de extender la información y las experiencias compartidas en el foro a otros espacios comunitarios, de investigar y denunciar los programas de gobierno que siempre implican condicionantes, de revindicar el papel de la asamblea comunitaria como espacio legalmente constituido, de cultivar la tierra para preservarla, y finalmente, de levantar actas conjuntas de rechazo a los megaproyectos.
Con ésta última idea en la mente, el foro cerró con una ceremonia liderada por las mujeres de Tatalepec y una amplia declaración firmada por las comunidades y grupos presentes. Se hizo un llamado para que el Cabildo del Municipio de Tataltepec de Valdés firmara un acuerdo único en contra del proyecto hidroeléctrico de Paso de la Reina, con el objetivo de firmar un acuerdo a nivel regional en contra de todos los megaproyectos en la Costa y en defensa de la vida, las montañas y los ríos.
Autor: Tony Macías, para EDUCA
Audios:
Rutas de acción y la declaratoria del Foro Regional “Ríos y Montañas en peligro” (13 min.)
Mapa: Proyectos hidroeléctricos y concesiones mineros en la Costa de Oaxaca
Declaratoria del Foro Regional “Ríos y Montañas en Peligro” – Los Pueblos y su Derecho al Territorio