El escritor Renato Galicia Miguel, escribe una dura crítica a la industria del mezcal en la Oaxaca gentrificada, señala: “En esta coyuntura, la cultura del mezcal, la neta, la del pueblo bajo, la popular, debe responder, convertirse en el contrapeso que históricamente ha sido para no morir”. Aquí el artículo publicado en Oaxaca Media.
Cuando uno escucha hablar a la chef Itzel Paniagua sobre el “Museo del Mezcal”, se piensa que el cinismo y la ambición por industrializar la bebida ya llegó al ridículo y al límite.
Con voz de niña bien, estilo libro de Guadalupe Loaeza, en una supuesta entrevista, suelta choritos exquisitos como que el sitio va a estar “en el corazón del centro de Oaxaca” —¿desde cuándo la calle Hidalgo es eso?, ¿desde que por ahí está el Centro Cultural San Pablo de la Fundación Alfredo Harp Helú?—, que va a ser un “centro interactivo contando toda esta historia del agave, el proceso productivo, las familias que producen estas joyas llamadas mezcal, y venta de botellas… pero más que venta de botellas —claro, no hay que balconearse— queremos hacer que la gente entienda —¿quién le dijo a esta élite económica que el oaxaqueño y el mexicano neto (incluso que los turistas que cada vez más se dan cuenta de la falsedad del discurso gentrificador que tanto busca corromper tradiciones oaxaqueñas) no sabe de su historia, la del mezcal, de su cocina, de su forma de comer?—, que conozca qué es el proceso productivo que va detrás de esto que como consumidores estamos tan felices de tener y que ha hecho un boom”.
Pero luego se entera uno que el lunes 14 de agosto, a las 16:30 horas, Televisa-Univisión estrena su telenovela Nadie como tú: si hay mezcal, hay amor, que obvio recuerda a Destilando amor y a la ‘Gaviota’ Angélica Rivera, pero no solo por explotar la imagen del tequila y torcer la historia para que la “gente bien”, la “gente bonita”, pase como la productora de una cultura que en realidad pertenece al pueblo bajo, a la cultura popular, a los marginados, al México profundo, dijera Guillermo Bonfil Batalla, sino también por otro punto, crucial, sin duda.
Con el “Museo del Mezcal” parece que no hay mayor secreto: se trata del “maravilloso proyecto” —así lo calificó la “entrevistadora”, por dios— de seis inversionistas de élite que buscan sacar varo de una bebida del pueblo que antes despreciaban.
La industria del mezcal y su ridícula ambición – OM (oaxaca.media) Moda, frivolidad y mezcal de Maluma, Oaxaca territorio de extractivismo y colonización – EDUCA (educaoaxaca.org) Fiebre de agave: los costos ecológicos de la industria del mezcal – OM (oaxaca.media)