Gobiernos no frenan a paramilitares, tsotsiles en Aldama siguen bajo ataque

Apenas hace dos semanas, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, visitó el municipio indígena de Aldama, en los Altos de Chiapas, para ratificar un “acuerdo de no agresión” y anunciar la instalación de destacamentos policiacos; este lunes, la población amaneció nuevamente en medio de ráfagas de disparos de armas de grueso calibre. Durante más de nueve horas, Silvia, habitante del municipio, fue documentando a través de mensajes de voz, de texto y videos, las horas de terror que este 18 de agosto está viviendo la población indígena, ante el silencio de las autoridades. Los indígenas de Aldama llevan más de cuatro años viviendo entre disparos, y cada nueva agresión deja a más familias desplazadas; este mes suman 30 familias, quienes tuvieron que dejar la comunidad Yeton. Sus agresores, según los definen los habitantes de Aldama, son un “grupo de corte paramilitar” del municipio de Chenalhó, que ha actuado con impunidad para apropiarse de más de 60 hectáreas de terreno. Las 60 hectáreas que sirven para el cultivo de café y maíz, le han costado la vida a más de una docena de habitantes de Aldama, que se niegan a entregarles ese territorio en el que el grupo armado ha invertido una cantidad incalculable de recursos en armas de grueso calibre y ataques constantes. Hasta el momento, autoridades del gobierno verde-morenista de Chiapas no han detenido a ninguno de los agresores; no así a Cristóbal Sántiz Jiménez, uno de los indígenas de Aldama que en los años recientes tomó el liderazgo en la denuncia contra los civiles armados. Por su parte, el Frayba denunció que el destacamento de la Policía Estatal de Chiapas se retiró ayer a las 9 pm de la comunidad de Tabak, Aldama. Ayer, los ataques armados seguían, como documentó Rompeviento TV en su cuenta de twitter.