En buena parte del territorio oaxaqueño escasea un recurso esencial para cumplir las medidas de contingencia por Covid-19: el agua. Según el Monitor de Sequía de Conagua, el 23.2% del territorio oaxaqueño está anormalmente seco, mientras que casi el 32.5% del estado está resintiendo los efectos de una sequía moderada y alrededor del 12.3% sufre una sequía grave. En este contexto de sequía el gobierno ha decidido declarar la minería, una industria con alto impacto en los recursos hídricos, como una actividad esencial. Varias comunidades viven una situación similar a lo largo de los Valles Centrales de Oaxaca, donde tres proyectos mineros, propiedad de la empresas Fortuna Silver Mines y Gold Resource Corporation, están ejerciendo presión sobre el precario suministro de agua en el estado. La actividad de las empresas canadienses y estadounidenses ha causado importantes conflictos socio-ambientales a lo largo de los Valles Centrales. Pareciera ser que la industria minera, considerada “esencial” por el gobierno de López Obrador en tiempos de pandemia y sequía, más que favorecer la salud de las comunidades en las que opera, ha traído consecuencias devastadoras para los pueblos originarios de Oaxaca, afirma Avispa Midia en su reportaje. La minería representa una amenaza y un riesgo latente a las fuentes de agua limpia, esa sí, esencial para la vida de las y los oaxaqueños, e indispensable para detener la transmisión de un virus mortal que se encuentra en su fase de contagio acelerado.
Leer el reportaje completo de Rafael E. Lozano y Samantha Demby: Oaxaca: Minería podría agudizar sequía en pleno pico de pandemia. Más información sobre el tema minería aquí
