¿Qué pasa con comunidades expuestas a la contaminación de industrias extractivas? Recién se presentó el nuevo libro “Re-cordar, Resistir, Re-existir”, del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad de Rosario, Argentina, que hace hincapié en la relación salud, cuerpos y territorios. Los autores relacionan los proyectos extractivistas con la crísis de salud en las comunidades.
La Geopolítica de la Enfermedad (la definición del mundo en lugares que deben cuidarse para que sus habitantes puedan vivir saludablemente y otras que deben ser sacrificadas, áreas o zonas de sacrificio) “nos permite vincular lo que está ocurriendo con nuestros territorios, con nuestros cuerpos y con nuestra salud de manera directa. La fragmentación propuesta por los sistemas de conocimiento que ordena nuestras sociedades permite el avance de estas lógicas de destrucción y saqueo extractivista, disociando la sociedad del ecosistema”, alertan Damián Verzeñassi, Alejandro Vallini, Facundo Fernández en la introducción.
El libro es un análisis colectivo, resultado del Congreso de Salud Socioambiental, sobre las decisiones políticas que se toman en los espacios de poder “respecto a lo que ocurre y ocurrirá con nuestros territorios, modificando los modos de transitar nuestras vidas y, por lo tanto, de expresar los problemas de salud de nuestros cuerpos, mostrándonos cómo, en ese contexto, la enfermedad se transforma en una herramienta de dominación de pueblos, de naciones, al servicio del avance de lógicas hegemónicas”.
Estamos en un momento en el que las resistencias son estrategias de re-existencia de los pueblos y territorios arrasados por los extractivismos y definidos por la geopolítica de la enfermedad.
“Lo que queda es resistir. Resistir para poder re-existir, re-existir para sembrar los futuros que nos merecemos y que solo serán posibles en la medida en que seamos capaces de evitar que siga avanzando y profundizándose esta lógica extractivista destructora de territorios”, afirma Damián Verzeñassi en entrevista con Tierra Viva.
