En un austero informe de gobierno y frente a los hombres más ricos del país, Andrés Manuel López Obrador aseguró que ya es “un hecho la separación del poder económico del poder político”. La austeridad republicana se dejó sentir en Palacio Nacional. En las calles, sus opositores de derecha alcanzaron una escasa asistencia. Como había adelantado en las semanas anteriores, aceptó que “no son buenos los resultados en cuanto a la disminución de la incidencia delictiva en el país”, un problema que constituye el “principal desafío” de la cuarta transformación. Pero ni eso le hizo mella. “Soy un hombre de desafíos”, dijo, y “estoy seguro que vamos a lograr pacificar a México. Eso es un compromiso”. El informe de 90 minutos no omitió ningún tema, pero tampoco dio información que no hubiera dado ya en sus conferencias. Si acaso, reconoció rezagos en la distribución de medicamentos y basificación de médicos. Lo más relevante pareció ser el mensaje político, con una mención a los opositores de su gobierno, de quienes dijo “están moralmente derrotados”. Toda la crónica de Pié de página:
Entrega informe, cambia las formas y define relación con empresarios. Artículos de opinión: Empresarios y desposeídos en el Informe de AMLO , por Enrique Galván Ochoa. AMLO fulmina en discurso a opositores, por Julio Hernández López. El silencio, una virtud necesaria, por Javier Sicilia. A AMLO le fallaron los cálculos y otros análisis en el Proceso 2235: El estilo personal de López Obrador, la pasión por el poder. Cartón: Primer informe de gobernados, por Patricio
