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La Minuta

El Bosque de la Esperanza protege la memoria colectiva de las personas desaparecidas

Los árboles de la esperanza que han intervenido las familias de desaparecidos se transforman en memoriales conectados, físicos y virtuales, para traer a la presencia y al presente a sus familiares. Al hacer red se transforman en bosque y crean espacios conmemorativos.

La organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos  FUUNDEC intervino en Torreón el primer árbol en el 2015. Así comenzaron los árboles de la esperanza, los replicaron diversos colectivos de familiares buscadores en por lo menos 30 ciudades del país, de acuerdo con lo que ha documentado el equipo de investigación del proyecto del Bosque.

En entrevista, Sergio Beltrán el arquitecto que impulsa el proyecto de El Bosque de la Esperanza, afirma que “estuve trabajando con ciertos gobiernos a veces Federal, a veces a nivel local, a veces a nivel estatal, viendo cómo operan para desarticular los aspectos simbólicos de los materiales de las reparaciones”.

Sergio ha acompañado diversos casos de violaciones a derechos humanos en el acceso a su derecho a la memoria, desde el arte y el activismo. Ahora trabaja en conjunto con Aline Wani y Maevia Griffiths este esfuerzo de memorial de los físico a lo virtual. La conexión de luchas que enuncia Sergio suben el costo político a los gobiernos estatales o municipales que decidan removerlos o desmontarlos.

El Bosque avanza hacia su segunda fase, después de haber montado los árboles en cada estado. Los listones tienen un QR donde cualquier persona puede acceder a la información de la persona desaparecida. En la página estará toda la información y un homenaje a cada persona que integra el memorial y eso es parte de la segunda fase, que estará lista a finales del 2023, informa Daliri Oropeza en su nota para Pie de Página.

El Bosque de la Esperanza y Un bosque protege la memoria de los desaparecidos (Pie de Página)

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