Oaxaca, pueblo grande, tierra de tantos colores, de tantas luchas, de tantos y tantos pensamientos y acciones que marcan historias, personales y colectivas. Apenas en la mañana se me hacía un nudo en la garganta y las lagrimas rodaban sin más al escuchar la palabra valiente del padre a quien le desaparecieron a su muchacho allá en Ayotzinapan, mi corazón se quería esconder cuando le escuché expresar: “su madre dice: qué no daría por ver a mi hijo, puedo dar un brazo, una pierna, lo que sea necesario para verlo, para que me lo devuelvan” y el papá agrega “que si es necesario que nos lleven a nosotros, pero que dejen libres a nuestros hijos, que nos cambien por ellos”, siguió firme la expresión en la entrevista, sólo en dos momentos sentí quebrar esa voz, lo cual me hace sentirme pequeña ante tremenda fortaleza, y eso es precisamente lo que a diario se pregunta una ¿de dónde sale tanta fuerza ante la desgracia? tal vez de la esperanza, tal vez de las ganas de vivir, tal vez para encontrarle utilidad a lo que soñamos. En esta entrevista también escuché ejemplo de nobleza, de humildad, de sinceridad. El papá del muchacho desaparecido dijo “este dolor que estamos viviendo no se lo deseo a nadie”.
Culminó el tiempo del desayuno y empezaba la media tarde, me preparé para participar en la celebración de los 20 años de Educa, “20 años sembrando procesos sociales en Oaxaca” como ellos le han denominado. Empezó entonces la tanda de los Tapacaminos, los que hicieron famoso el Son de la Barricada, por allá en el año 2006, que agarra tanta vigencia porque la historia se repite. Bien, entonces mientras ellos amenizaban, los espacios de Campo allá en San Luis Beltran se llenaban de conocidas y conocidos, de representantes de organizaciones amigas de educa, de amigos y amigas de quienes integran esta organización, de mis amigas y amigos también, y de otras y otros compañeros y compañeras con quienes hemos caminado y quienes hoy nos conocemos y reconocemos. Pasó la ronda de las aguas, de las cervezas y los mezcales. Las tostaditas, quesadillas y aperitivos. La mesa de regalos se vistió de gala, también se pasó a regalar palabras de reconocimiento y gratitud a quienes integran Educa y a los procesos que han generado a partir de su rol de acompañamiento, sobre todo a las comunidades en la defensa se su tierra y territorio.
Yo les dije que quería hablar, pero que mejor les voy a escribir, porque muchas faltamos de reconocerles tanto, por eso les escribo lo siguiente:
Como se lo dije a Migue y Marcos Leyva al final de la fiesta, me voy contenta, con gratitud, por tantas enseñanzas, a ellos hoy les reconocieron su congruencia, su perseverancia, sus lecciones, esos acompañantes de procesos que también han sido acompañados por otras personas que su nombre no cabrían en este espacio, y a ello agrego que les reconozco su ejemplo, sus enseñanzas, tanto he aprendido de ustedes, compañeras y compañeros de Educa, me siento honrada de haber sido invitada a esta celebración, que déjenme les comento, no es la fiesta de educa, lo despersonalizaron tanto, que era la fiesta de las organizaciones y los pueblos, era la fiesta, el aliciente, que muchas y muchos necesitábamos para decirle a nuestro corazón, espera, no te rindas, aún quedan esperanzas, aquí está la fuerza de la unidad, aquí están los lazos que se necesitan, aquí esta la fortaleza del pueblo, aquí en este presente que todas y todos hacemos, niñez, juventud y madurez.
Así fue como empezamos la fiesta, con un ritual pidiendo por quienes integran Educa, para que sigan de pie, para que nos sigan acompañando en este caminar, en esta lucha, en esta defensa ante todo lo que nos quieren quitar. Esta intención la acompañaron autoridades de diversas comunidades con las que Educa ha trabajado, en seguida esta se fortalecieron por representantes e integrantes de otras organizaciones con quienes comparten su trabajo, y después de nosotras estaban todas y todos los que representan a todos los otros frentes, ámbitos y espacios de la humanidad, todas y todos pusimos nuestra mejor intención para que este camino siga con fortaleza, humildad, paz y solidaridad.
Y si que se vio solidaridad en este evento, cuando Tapacaminos quería seguir cantando como que el sonido ya no quería, entonces salió el grupo Sugar a a decir invitamos a nuestros amigos de Tapacaminos que suban al escenario, aquí tenemos buen sonido, y entonces arrancaron con el aclamado Son de la Barricada, al primer rasgueo de la guitarra la pista de baile estaba llena.
Entonces ahí, y después de todo es cuando dije, Oaxaca cura sus penas con fiesta, esta es la fiesta de la hermandad, de la solidaridad, de la sororidad, de tantas cosas, la fiesta que necesitábamos quienes queremos y que estamos haciendo algo o mucho para cambiar lo que no nos gusta, para volver a abrazarnos, mirarnos a los ojos, saludarnos, platicar, reclamar también, bailar y platicar amenamente.
Gracias Educa por permitirme ser parte de su historia, gracias por compartirnos su humildad, su ser, no conozco a la totalidad del equipo. Pero si a Miguel, a Marcos, Ana María, Angelica, Dalila Dama, Neftalí, Cristina, y a demás compañeros que han pasado por esta institución como Bety Ramírez, Kiado, y Xabäx, entre muchos otros.
Les confieso compañeras y compañeros que entre los pasillos y las pistas de baile algunas compañeras jovenes platicamos que nos soñábamos haciendo una fiesta así, donde esté reflejado y consolidado nuestro quehacer, hoy ustedes son nuestro ejemplo de inspiración y esperanza, a pesar de los pesares, y a pesar de quienes no quiere que nos fortalezcamos y avancemos. Gracias Ana María, Marcos y Migue por seguir, por ser perseverantes y por ser nuestras maestras y maestros en este andar. Gracias por hacernos esta tarde tan linda, tan provechosa, tarde de confianza y fortaleza, donde todas y todos pudimos gritar libremente y en coro: ¡Vivos se los llevaron y Vivos los queremos! Con esta energía, deseo lindo descanso para todas y todos, todavía quedan muchas tareas, pero que no se pierda la esperanza y la unidad. Mis cariños y mi solidaridad.
Zenaida
Gracias por acompañarnos en la celebración de los 20 años de EDUCA