El pasado 5 de septiembre, con la muerte de Francisco Toledo, la plástica de Oaxaca, de México y del mundo perdió a un grande. La orfandad es compartida por las culturas comunitarias, por los movimientos en defensa del territorio, por los activismos en pro de los derechos fundamentales, por los estudiantes y los niños de escasos recursos que requieren de un aliento y un impulso y por todas las personas que luchan por un mundo mejor para disipar las carencias y las penas de sus semejantes. En los días fundacionales de La Jornada, Francisco Toledo, con extraordinaria generosidad, donó a este diario mil ejemplares de un grabado, un intaglio, mezclado con serigrafía, dividido en cuatro variantes de 250 piezas cada una. En el 30 aniversario, el maestro acompañó la celebración con la edición de 30 grabados (un elefante, como símbolo de longevidad). Ahora, ofrecemos a nuestros lectores las dos creaciones del pintor juchiteco, para ser descargadas.
El álbum de nuestro Toledo. Leer también: La huella de Toledo en el centro penitenciario psiquiátrico de Oaxaca. Contexto: Recuerdan istmeños solidaridad de Toledo a dos años del terremoto
