Chile dice adiós al neoliberalismo: progresistas y movimientos redactarán la nueva constitución

El fin de semana pasado, en Chile se llevó a cabo una elección histórica para escoger a los 155 ciudadanas y ciudadanos que redactarán la nueva Constitución del país, de forma paritaria y con la inclusión de 17 escaños reservados a los pueblos originarios. Los comicios son la continuación del plebiscito del 25 de octubre de 2020 en el que los chilenos eligieron por casi un 80% redactar una nueva Carta Magna que reemplace a la vigente, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, esto como consequencia de la revuelta popular de octubre de 2019 que costó la vida de más de 20 chilenos. Además, se renovaron autoridades regionales, entre las que destacan la elección de la comunista Iraci Hassler como alcalde de Santiago de Chile y del defensor del agua Rodrigo Mundaca como gobernador de Valparaiso. Sorpresa electoral, la debacle de los partidos tradicionales, la “noche de los cuchillos largos” dentro de la derecha, el principio del fin de los herederos de Pinochet, una enorme derrota del presidente Sebastián Piñera -reconocida por él mismo-, la victoria del movimiento popular… Desde ayer por la tarde, la prensa chilena multiplica los superlativos para describir el terremoto político que acaba de sacudir los Andes. Ahora, el equilibrio de poder dentro de la oposición de izquierda se ha invertido y la lista que aglutinaba al Partido Comunista y al Frente Amplio (la izquierda surgida de los movimientos de la década de 2010) triunfó en su candidatura con 28 electores. Sin embargo, la izquierda y la centroizquierda sólo representarán un tercio de la asamblea. La verdadera sorpresa fue la magnitud del voto a favor de los “independientes”, que obtuvieron un total de 48 escaños, la mitad de ellos candidatos de la “Lista del pueblo”, que reunía a representantes de los movimientos sociales, marcando definitivamente el rechazo masivo a los partidos políticos.