Hoy hace dos años, el 15 enero del 2023, el profesor jubilado Antonio Díaz abandonó una reunión comunitaria en Aquila, Michoacán, y desapareció con su abogado, Ricardo Lagunes, en la noche. La policía pronto encontró su camioneta, baleada y abandonada en un pequeño pueblo de un estado vecino de Colima. Sin embargo, no había señales de los hombres. Semanas antes, el activista nahua Díaz alegó que los funcionarios de Ternium habían amenazado con tomar represalias contra sus oponentes.
La desaparición de los dos que defendieron la comunidad contra la mina de hierro propiedad de la trasnacional Ternium, con sede en el paraíso fiscal Luxemburgo, revela cómo los cárteles locales se benefician de la presencia de empresas mineras en la región, afirma el premiado periodista Max de Haldevang.
En su extenso reportaje para el Proyecto de Investigación sobre Corrupción y Crimen Organizado (OCCRP, por sus siglas en inglés), de Haldevang escribe que uno de los halcones, Javier Puntos, confeso que los dos fueron levantados “porque se andaban poniendo al pedo por las minas”. Por razones poco claras, “las autoridades liberaron a Puntos después de su entrevista con la policía. Fue encontrado muerto poco después”.
En los últimos años, en Michoacán y Jalisco más de media docena de personas que habían desafiado las minas de Ternium fueron secuestradas, asesinadas o desaparecidas. Sin embargo, Ternium rechazó cualquier asociación directa o indirecta “con casos violentos… o la desaparición de personas”.
La empresa Ternium consiguió millones de dólares en contratos gubernamentales durante el gobierno de López Obrador y hoy desempeña un papel crucial en las cadenas de suministro vitales para fabricantes de automóviles en México. Hace un par de días, Máximo Vedoya, presidente ejecutivo de Ternium México y de la Caintra Nuevo León, estaba con la presidenta Claudia Sheinbaum en la presentación del Plan México, un evento que lo dejó “muy entusiasmado”, reporta Forbes.
Hoy, a dos años de la desaparición de los activistas, se llevará acabo una misa en Morelia. Brenda Díaz Valencia, la hija de Antonio Díaz, escribe: “Encendamos una luz por ellos y por todos aquellos que la necesitan debido a esta crisis humanitaria que sufre nuestro país. ¡Porque nadie debería buscar a sus seres amados nunca más!” Y Ana Lucía Lagunes Gasca, la hermana de Ricardo, afirma que “me duele no lograr salvar a mi hermano, recuperarlo, hacer que el mundo cambie para que lo busquen, se haga justicia, y no se repitan más estas crueldades.“
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