Desde el aire, a bordo del helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), que sobrevuela la selva de Los Chimalapas, la desolación que dejaron 68 incendios forestales en 1998 todavía es evidente. Desde las alturas se confirma que la devastación de pinos encino y ocote, selva de niebla y selva alta es innegable. En los cerros y hondonadas, la vegetación no se ha podido regenerar en…
EDUCA Comunicación29 abril, 2024