Desde los meses posteriores al sismo del siete de septiembre del año pasado, que afectó la comunidad Ikoots de San Mateo del Mar, particularmente a la infraestructura de las escuelas públicas y dadas las condiciones de las aulas, se acordó apoyar económicamente para construir espacios provisionales y que las clases se reanudaran sin que esto representara un riesgo para la población estudiantil y los docentes, sin embargo, a más de un año de distancia, no se ha cumplido este compromiso establecido por parte de las instituciones gubernamentales como el Instituto Oaxaqueño constructor de Infraestructura Física Educativa (IOCIFED). Por lo cual, profesores, padres y madres de familia de la comunidad de San Mateo del Mar, decidieron expresar su inconformidad y desde las ocho de la mañana del día cuatro de diciembre, instalaron un bloqueo carretero a la altura del Puente de Fierro del municipio de Tehuantepec para exigir al Gobierno del Estado y a la Secretaría de Finanzas atención a las necesidades que sus escuelas presentan.
A casi un año y tres meses del sismo, el proceso de reconstrucción ha sido lento y en su mayoría, ha dependido del esfuerzo de la gente de las comunidades afectadas, con el apoyo de organizaciones civiles. Poca ha sido la incidencia de los organismos institucionales dentro de estos procesos, no por falta de recursos, pareciera más bien, falta atención y de empatía de no considerar que la gente sigue expuesta a las vulnerabilidades construidas precisamente desde estos huecos gubernamentales. Uno de los espacios menos atendidos, es quizá, la educación, y en este sentido, la población infantil es de las más afectadas. La mayoría de los esfuerzos porque las y los niños sobrellevaran el impacto, sobre todo psicológico, fue articulado desde ciudadanos y organizaciones civiles coordinadas con las expresiones de organización comunitarias, es la propia expresión de la gente la que da constancia.
En cuanto a la infraestructura educativa, en el municipio de San Mateo del Mar fueron afectados más de veinte planteles de todos los niveles escolares, desde educación inicial hasta el bachillerato. Las dieciséis primarias del municipio, que atienden a un aproximado de dos mil niños se han visto en la necesidad de implementar estrategias para no exponer a riesgos a las y los niños, como instaurar dos turnos para atender a los diversos grados, construir palapas temporales de palma y carrizo, con la colaboración y el aporte del material por parte de las madres y los padres, para tratar de recuperar, desde sus clases, algo de su cotidianidad aún bajo el sol, la lluvia y el viento, pero sobre todo por el temor que las niñas y los niños siente de trabajar en sus salones por las cuarteaduras que éstos presentan. Son las y los profesores los que denuncian: “sí llegó Sedatu, las escuelas tiene folio, supuestamente después del sismo iba a llegar apoyo para cada escuela, para rentar un espacio para poder trabajar, pero todo lo que es San Mateo no llegó ese apoyo, sí daban fecha, en tantos meses entregaban, supuestamente” Por más de un año, la responsabilidad de proveer espacios para las actividades escolares ha recaído en las madres y los padres de familia y las y los maestros.
A un año del sismo, la mayoría de las escuelas de la comunidad Ikoots de San Mateo del Mar no han iniciado un proceso de reconstrucción en forma. Será necesario constatar que las que ya se están reconstruyendo, hayan planificado su construcción previo a un estudio de mecánica de suelos que pruebe una cimentación adecuada, y que no se reconstruya bajo los mismos estándares de los edificios que colapsaron. Si no es posible para las instituciones gubernamentales optar por construcciones sustentables, será necesario que, al menos, garanticen la seguridad de la estructura, y por ende, de los estudiantes.
Desde el nuevo gobierno se plantea a la educación como uno de los ejes principales para el desarrollo de las comunidades, sin embargo, lo real es que en San Mateo del Mar no se han creado las condiciones adecuadas que den certeza y seguridad a la población en edad escolar. Cierto que son pocos los días que han pasado desde que este nuevo gobierno entró en funciones, también es cierto que este problema no debió “heredarse”, del gobierno anterior.
Uno de los puntos a los que el Presidente de la República se refiere como prioritarios dentro de sus acciones de gobierno, es la atención a las personas damnificadas por los sismos del año pasado. Esperemos que las personas que viven en la zozobra de haber perdido no sólo su vivienda, sino los espacios donde llevan a cabo su vida, que las y los niños que reciben clases en condiciones vulnerables, tengan la certeza de que recibirán la atención, la solidaridad y la empatía que hasta el momento les ha sido negada desde las estructuras gubernamentales.
Astrid Paola Chavelas
Red de Defensoras y Defensores Comunitarios de los Pueblos de Oaxaca