Con la pandemia, la Dra. Carmen Orihuela, antropóloga de la UNAM, anota que “la vida cotidiana dio un giro extraño” y en su artículo “Reflexiones desde los pueblos originarios para enfrentar el COVID-19” expone sobre el individualismo y la solidaridad en tiempos del “quédate en casa”. Orihuela recuerda que para las sociedades tradicionales “la enfermedad es un signo que refiere la infracción de una norma esencial para el desarrollo y bienestar de la sociedad –el intercambio, la reciprocidad, la entrega de dones o regalos.” En este momento, las necesidades de la salud pública nos exhortan a detenernos en ese punto: “La solidaridad colectiva ayudará a nuestros seres queridos y a nosotros mismos. Se requiere transmitir ese mensaje, pensar en los demás para cuidarse a sí mismo. En este contexto, considero que el principio que puede mantener unida a la sociedad es dar a unos sin esperar que los mismos lo devuelvan de la misma forma o en el mismo momento. Para completar el circuito debe estar implícito el darse la oportunidad de recibir, igualmente, diferentes elementos y en diferentes momentos. El dar y recibir, ósea la reciprocidad o intercambio, creará en la comunidad o colectividad tranquilidad de que lo que se ha dado o hecho por los otros regresará cuando se necesite, sin importar de quién llegue y en qué tiempo lo haga”.
Leer todo el artículo en El Topil 37: Resiliencia comunitaria ante la pandemia (pdf, 18 pág.) y escuchar la entrevista con Carmen Orihuela en el Espacio Social: Voces comunitarias ante la COVID-19. Ilustración: Guía COVID-19_¿Qué hacer si hay una persona enferma en casa?