El 26 de febrero de 2022 se reunieron en Juchitán, Oaxaca, mujeres y disidencias sexo-genéricas de diferentes geografías y procedencias para “compartir nuestras experiencias de vida y lucha, desde lo personal, hasta lo colectivo, en pequeño y en grande, desde el cuerpo y en el territorio”.
“En nuestros hogares y comunidades, como mujeres y disidencias sexo-genéricas sufrimos discriminación por nuestra forma de vestir, de expresar nuestras identidades y preferencias sexuales. Somos etiquetadas como “rebeldes” por ser mujeres divorciadas, organizadas, por decidir dar prioridad a otras actividades que no tienen relación con las labores del hogar o el cuidado de nuestras familias”, reflexionan en su boletín.
En el Istmo de Tehuantepec, “estamos sobreviviendo a los parques eólicos, que llegaron en 1994 y ninguna de las comunidades, mucho menos las mujeres, fueron consultadas al respecto”, y lo que se suma ahora la amenaza del Corredor Interoceánico.
“El interoceánico es una puerta para el gran capital y un muro de contención para las personas migrantes que intentan llegar a Estados Unidos. Por ello es clave compartir nuestras experiencias, para que las compañeras que resisten en el Istmo tengan referencia de la historia de los corredores industriales y los efectos negativos sobre las comunidades, la naturaleza y las mujeres”.
Ante los megaproyectos “acompañados de procesos de muchísimas violencias”, invitan a seguir movilizándose.
