Detrás del auge en algunas actividades del campo mexicano, un sector que presume haber resistido al impacto de la pandemia de Covid-19, hay una mancha indeleble: el consumo de metanfetaminas, específicamente del cristal. Se trata de una droga dura a la cual recurren jornaleros para resistir sus extenuantes tareas, misma que, de acuerdo con diversos testimonios, es proporcionada por los mismos contratistas. El epicentro del problema, revelaron, se encuentra en Oaxaca y Michoacán, pero también se extiende al norte del país, en el Valle del Yaqui. El primero, es un estado exportador de mano de obra; ahí se dan cita contratistas que llevan a personas a otras entidades del país a trabajar en el campo, principalmente a los del norte, como Sonora y Sinaloa; en tanto, el segundo es el mayor productor de aguacate, una de las principales agroexportaciones. Dichos trabajadores, reveló a La Jornada una fuente de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas y Autónomas (Unorca), que por seguridad pidió no ser citada por su nombre, se enfrentan a inhumanas jornadas laborales en las que sus ingresos dependen de qué tantas horas estén activos, una situación que los ha orillado a consumir sustancias ilegales como el cristal, una droga barata que ofrece una sensación de euforia y vigor.
Leer todo el reportaje de Braulio Carbajal: Cristal, el lado oscuro del auge agrícola. Más información: Aumenta uso de ‘cristal’ entre jornaleros agrícolas del sur de Sonora e Impera drogadicción en campos agrícolas. Foto: Informe: Violación de derechos de las y los jornaleros agrícolas en México. Contexto: La agroindustria y la violación de derechos de jornaleros (Informes)