En junio, las redes sociales y los anuncios publicitarios se inundan de banderas de arcoiris por el mes del orgullo. Como cada año, un gran número de empresas incorporan a sus logos y mercadotecnia este símbolo, en supuesto apoyo a la comunidad LGBT+. Llenan sus redes de mensajes de inclusión y promueven lemas como “amor es amor” o “sé tu mismx”. Sin embargo, pocas son las que realmente han propiciado cambios sustantivos dentro de sus prácticas cotidianas y su forma de hacer negocios. A este fenómeno se le ha llamado en distintos momentos pink washing y más recientemente rainbow washing. Como tantas otras prácticas de lavado de cara que utilizan las compañías, el propósito es ganar legitimidad con ciertos sectores de la sociedad, sobretodo con fines lucrativos. Si bien la visibilidad, la representación y los cambios en la narrativa son importantes, nos preguntamos: ¿qué hay más allá del arcoiris? Junto a la organización Poder, la agencia Presentes revela casos de empresas que se dicen inclusivas pero discriminan y niegan servicios a la comunidad LGBT+ en México. Entre ellas, la empresa de seguros AXA, Uber México, Volaris y Médica Sur. “Las corporaciones deben hacer negocios respetando cabalmente los derechos y no solamente utilizar estrategias de mercadeo para parecer que lo hacen”, concluyen las organizaciones en su investigación. Cabe recordar que 51 años después de la primera marcha del Orgullo en Nueva York, los derechos de las personas LGBT+ todavía no están plenamente reconocidos en varios países de América Latina.
Más allá del arcoiris: empresas y derechos humanos de la comunidad LGBT+. Contexto: La diversidad LGBT+ en América Latina sigue luchando contra fobias e impunidad
