Los años pasan y Juana Alonzo Santizo, migrante Maya Chuj, pasa sus días en una prisión de Reynosa, en el Estado de Tamaulipas, México, sin que su caso se resuelva.
En agosto de 2014, Juana o Juanita, como la llama su familia, salió de San Mateo Ixtatán, Huehuetenango, rumbo a Estados Unidos, a pocos kilómetros de la frontera de Estados Unidos se resguardo en una casa privada que el coyote, que la acompañaba, le sugirió.
Ella y otras dos mujeres fueron forzadas a trabajar en esa casa, una de ellas denunció, llegó la policía y capturo a Juana Alonzo, las otras dos víctimas la señalaron de ser cómplice de los secuestradores. Juana no sabía que pasaba, no hablaba español, solo su idioma Chuj.
Tras amenazas y torturas de los oficiales, firmó una declaración auto-incriminatoria, no tuvo abogado, ni intérprete. Años después, logro contar su historia al Alto Comisionado de las Naciones Unidas de México.
Privarla de su libertad sin causa concreta, es una violación a sus derechos como migrante. Ella se encuentra en prisión preventiva sin ninguna sentencia y su caso, primero se desconoce y no avanza.
En la Opinión 35/2021, el “Grupo de Trabajo de la ONU sobre la detención arbitraria” concluyó que la privación de libertad de Juana Alonzo es arbitraria, por lo que se le debe liberar inmediatamente.
Por su parte, la Red Alforja inició una campaña en sus redes sociales Facebook y Twitter, esto a nivel regional, con mensajes de toda América Latina y con copia a Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores de México.
Boletín de la ONU aquí. Más información: Juana Alonzo: Siete años sin un juicio en México y Exigen libertad para Juana Alonzo, migrante maya Chuj detenida en México por un delito que no cometió