A inicios del mes de octubre, el huracán Julia dejó medio centenar de muertos en América Central, así como miles de hectáreas de cultivos destruidos. Un mes después, el panorama en Honduras es desolador: viviendas de miles de personas muy pobres cubiertas de tierra y otros desechos que arrastraron las corrientes, que también arrasaron con cultivos de granos básicos, palma africana, plátanos, yuca y otros productos. Perdimos la cosecha. Sólo pude localizar unas dos mazorcas medio buenas y las otras están totalmente podridas, se quejó Miguel Mejía, un campesino de El Progreso, en entrevista con AFP.
Las crecidas grandes se han dado cada 20 años pero esta vez apenas habían pasado dos años de las tormentas tropicales Iota y Eta y “desde el Mitch habían pasado 24 años”, recordó Miguel.
En América Central, la crisis humanitaria ocasionada por la emergencia climática es evidente y creciente a lo largo de toda la región, “como resultado de la degradación de los sistemas agrícolas, el desplazamiento por el incremento en el nivel del mar, la presencia de eventos climáticos extremos y los efectos económicos que estos eventos implican”, afirman Ana Paula Sandoval y Verne Martínez, investigadoras de Inclusión y Desarrollo Sostenible de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas.
Según un estudio publicado ayer durante la Conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022, las emisiones totales de gas de efecto invernadero del 2022, incluyendo las procedentes de la deforestación, alcanzarán 40 mil 600 millones de toneladas, justo por debajo del nivel récord de 2019.
Cabe recordar que para cumplir con el Acuerdo de París con su meta de parar el incremento de temperatura global en sólo 1.5 grados, las emisiones de gases de efecto invernadero deberían reducirse 45 por ciento antes de 2030.
La Jornada América Central, al filo de la catástrofe climática y Este año, nuevo récord de emisiones de dióxido de carbono, dice estudio Marea Climática El mundo sigue enganchado a los combustibles fósiles y las emisiones de CO2 crecerán en 2022