La reelección del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, avivó el reclamo global por presuntas violaciones a los derechos humanos derivadas de la férrea contención a las pandillas, lo que el propio gobierno a llamado “estado de excepción” que ha durado dos años. Su reelección ha desatado críticas al calificarlo como inconstitucional, ya que en la constitución de El Salvador se establece que no es posible la reelección en ese país. Diversos analislista y periodistas advierten que con esta elección El Salvador comienza una dictadura.
El día de las elecciones y antes de darse a conocer las cifras oficiales, Bukele afirmó que había ganado las elecciones con más de 85% por ciento del apoyo popular y habló del éxito de su “guerra” contra las pandillas, que ha convertido al país centroamericano en una de sus eras más seguras en toda América Latina, la Bukelización de la seguridad Nacional y la política le ha dejado una aceptación del pueblo salvadoreño, sin embargo también ha desatado críticas a esta forma de conseguir seguridad, pues la historia de los gobiernos de los países centroamericanos de Honduras, Ecuador y la antillana Jamaica que adoptaron medidas similares con políticas de mano dura, nos han demostrado que a la larga no sirven para mejorar la inseguridad.
La historia de este país está marcada también por dictaduras, pobreza y marginación, lo que sumergió a este país en un clima lleno de violencia extrema y de grupos pandilleros, lo que a su vez provocaba una alta tasa de migración hacia Estado Unidos, un país con una ciudadanía que estaba harta de la violencia generada por estos grupos, en un contexto de pobreza y que no había logrado revertir con un sistema bipartidista que poco a poco se fue deteriorando, el partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) que nació de una guerrilla pero con el paso del tiempo se derechizó y el partido derechista Arena, la cual viene de filas paramilitares.
Su popularidad se ha difundido y afianzado desde las redes sociales, donde acumula millones de seguidores y ha utilizado las redes sociales para posicionar su estrategia y presentarse como el mejor gobierno, un “populismo milenials”. También ha invertido miles de pesos en su imagen, recientemente se desató otra polémica al invitar a influencerrs de redes sociales que cuentas con millones de seguidores a visitar el Centro de Confinamiento del Terrorismo, CECOT donde miles de pandilleros están presos, la narrativa de estos influencers elogia el trabajo y estrategia del gobierno, sin embargo muchas organizaciones de Derechos Humanos han señalado lo contrario.
Después de darse a conocer que dichos influencers extranjeros tuvieron todas las facilidades del gobierno para entrar, periodistas y organizaciones reclamaron que esta facilidades no son otorgados a medios locales, al contrario advirtieron que la libertad de prensa se ha deteriorado bajo el gobierno de Bukele “La instrumentalización del régimen de excepción, por parte del gobierno, para mantener la información pública bajo reserva y la inoperancia del Instituto de Acceso a la Información Pública son muestras de un bloqueo deliberado de la información, hecho por el cual ya fueron incluidos funcionarios en la lista Engel, que permite al gobierno de Estados Unidos retirar visas de funcionarios públicos corruptos o involucrados en crímenes”, dijeron en un comunicado en conjunto Fundación Libertad para la Libertad de Prensa, Voces del Sur, Fundamedios, Protection International Mesoamérica, entre otros.
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