La cercanía de un nuevo proceso electoral en Oaxaca, esta vez para elegir gobernador o gobernadora, “implica también el riesgo de que una segunda alternancia en el poder ejecutivo derive en otra experiencia fallida de cambio y transformación social e institucional”, como ocurrió en 2010, alerta Isidoro Yescas. En su artículo para El Topil, el analista político afirma que “ante la posibilidad de que un cuadro -hombre o mujer- de Morena, o adherente de la 4t, gane la gubernatura, de nueva cuenta vale la pena reflexionar sobre dos grandes temas: por un por un lado la trayectoria, identidad política y compromisos sociales del candidato o candidata y, por el otro, el programa de gobierno que Oaxaca necesita para superar los principales indicadores de pobreza y desigualdad social y económica que se agudizaron con el muratismo y las políticas públicas que debieran impulsarse para el diseño de un régimen democrático”. Entonces, cobra sentido “destacar la participación ciudadana como un factor clave para el triunfo electoral y el ejercicio de un buen gobierno”, como volvió a quedar claro en las pasadas elecciones de diputados federales y locales y presidentes municipales: “pese a que en varios distritos y municipios las dirigencias nacional y estatal de Morena llevaron a cabo procesos desaseados para designar candidatos (as) al final de cuentas el triunfo y/o derrota se definió en función, por un lado, de las trayectorias personales y políticas de los contendientes y, por el otro, de cómo terminaron respondiendo la mayoría de los electores simpatizantes de la 4t frente a los yerros de las dirigencias morenistas”.
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