“Promesas relevantes no han sido cumplidas y la crisis de derechos humanos no ha sido revertida”, sentencia el abogado Santiago Aguirre en su extenso análisis publicada en Proceso.
Aguirre, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, enumera las fallas del Estado en garantizar los derechos de sus ciudadanos y ciudadadanas, y nos recuerda el caso Ayotzinapa y las demás desapariciones, la militarización, entre otros puntos.
“En cuanto a la impunidad generalizada, ésta no ha sido revertida. Quienes en México son víctimas de un delito o de una violación a derechos humanos sólo conocen la justicia en dos de cada 100 casos. El cuello de botella se ubica, sobre todo, en las fiscalías. Nuestro problema de impunidad es fundamentalmente un problema de policías y ministerios públicos, no de jueces y juezas pese al insistente y desafortunado discurso oficial”.
Cuando estos hechos objetivos “son relativizados en aras de sostener una posición política o cuando las víctimas son usadas como armas arrojadizas en disputas partidistas, los derechos humanos pierden“, advierte Aguirre.
Sin embargo la esperanza “resiste, como perseveran las madres buscadoras de personas desaparecidas; los familiares de los mineros atrapados en Pasta de Conchos y El Pinabete; o como en una cárcel de Tlaxcala resiste Keren Ordoñez, acusada de un delito que no cometió, aguardando justicia como tantas personas y visibilizando el impacto de la tortura sexual como las mujeres de Atenco”.
Y es que, ante un panorama oscuro, “los esfuerzos de víctimas, periodistas, activistas, organizaciones, colectivos, especialistas, instancias internacionales, movimientos y un número creciente de personas servidoras públicas, van abriendo espacio para la vida entre tanta muerte, desde la fuerza que nutre la memoria”.
Derechos humanos: promesas incumplidas, por Santiago Aguirre (Proceso). Foto: Pie de Página
