El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha pasado la semana del aniversario de los Acuerdos de Paz de 1992 caracterizando los acuerdos como una “farsa” y un “negocio”. Según Bukele, los históricos acuerdos entre el Gobierno salvadoreño y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), sirvieron para que “un grupúsculo de aprovechados” se “lucraran” con las muertes del enfrentamiento. Esto ha respondido al exprocurador para la defensa de los Derechos Humanos, David Morales, que le recordaba que los acuerdos “no fueron una farsa”. Morales había rechazado la afirmación que Bukele había hecho en un acto donde había calificado los acuerdos como “una farsa”. Dicho acto se ha desarrollado en el caserío El Mozote, en el departamento salvadoreño de Morazán, donde tuvo lugar una de las más sangrientas masacres durante la guerra. Precisamente el caso de El Mozote ha conllevado enfrentamientos entre el Gobierno de Bukele y la Justicia, ya que el primero ha bloqueado consecutivamente la inspección de las instalaciones por parte del juez Jorge Guzmán, que investiga la masacre en la que, en 1981, murieron casi un millar de civiles. “En lugar de revictimizar a las personas que han sufrido graves violaciones a sus derechos humanos, el Estado de El Salvador debe reconocer la verdad y garantizar justicia a quienes luchan para que estos hechos no se vuelvan a repetir”, afirma el centro CEJIL. También el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Washington rechazó la actitud del actual mandatario, y en redes sociales se manifiestan organizaciones y personas con el hashtag #ProhibidoOlvidarSV. Cabe recordar que los acuerdos de paz se firmaron el 16 de enero de 1992 en la Ciudad de México.
Bukele califica de “negocio” los acuerdos de paz firmados en El Salvador a poco días de su aniversario. Los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador deben honrar el espíritu de los Acuerdos de Paz, dice Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Washington. Conversatorio: Avances y retos pendientes de los acuerdos de paz, desde la perspectiva de las organizaciones civiles. Más información: Nayib Bukele, un presidente que repite viejos esquemas