“Lo que era un pueblo próspero de tierras fértiles y con al menos 15 familias se ha convertido en una zona de silencio, donde solo las aves cantan. El fuego hizo que se cayeran las casas, algunas que siguen paradas están agujereadas por las balas y otras son solo muros” escribe la periodista mixteca Juana García en su reciente reportaje “Un pueblo en ruinas y la lucha por el territorio en Oaxaca, México”, que busca visibilizar el desplazamiento que están viviendo otras comunidades de la Mixteca.
El pueblo Cerro Metate ha padecido esta violencia que los ha desplazado de su territorio, su comunidad. A finales de marzo del 2024, fueron quemadas más de 25 viviendas, además del sistema de distribución de agua potable, postes de luz, agaves, y el bosque de las familias de Cerro Metate, uno de los pueblos del municipio de San Juan Mixtepec, ubicado al Sur de México, en Oaxaca.
Aunque Cerro Metate se ha vuelto un pueblo fantasma, cuando hay tequios, se turnan para asistir, mientras otro grupo vigila para que no les alcancen las balas en cualquier momento. El tequio es un trabajo comunitario que implica la participación de todo el pueblo sin ser remunerado.
Un día, mientras mantenían las labores, a lo lejos, se escuchaban las ráfagas de armas de fuego como si fuera una zona de guerra. A unos seis kilómetros de ahí se encuentra el límite de tierras que pelea Santo Domingo Yosoñama del municipio de San Juan Ñumí, quienes han reclamado mil 700 hectáreas de tierra que se encuentran acreditados a favor de San Juan Mixtepec en el expediente 246/1996 del Tribunal Unitario Agrario del Distrito 46.
En ese sentido Daniel Márquez, oficial de desplazamiento interno de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos CMDPDH, señala en entrevista con Juana Garcia:
“La mayoría de las formas de violencia están asociadas con armas de fuego. Entonces, hay esa proliferación de actores que tienen armas de una u otra forma. Con esto, hacen que haya un potencial riesgo de desplazamiento, a conflictos de larga data. En Oaxaca tienen mucha incidencia”.
Según datos de la CMDPDH, A finales del 2023 al nivel nacional se sumaban más de 380 mil personas en situación de desplazamiento forzado. Chiapas y Oaxaca presentan el mayor número de personas indígenas desplazadas en el país, tanto en términos de episodios como en cantidad de personas, señala.
Desde el 2010, se ha documentado en distintos medios, además de las evidencias de las propios pobladores, la quema de más de 50 vehículos, más de 30 casas, casi 100 hectáreas bosque y el asesinato de al menos 28 personas en el municipio de San Juan Mixtepec. Con ello, la suma de decenas de familias que han sido desplazadas de manera paulatina durante 14 años. Unos se fueron a vivir a la cabecera municipal de San Juan Mixtepec, otros a Tlaxiaco, Santiago Juxtlahuaca, Huajuapan de León, en la ciudad de Oaxaca e incluso a Estados Unidos. Narran que desde que llegó Antorcha Campesina (una organización política) la violencia se agudizó y los pobladores de Yosoñama comenzaron a invadir de manera más ágil las tierras de Mixtepec.
Las familias desplazadas suplican que pare la violencia en esta zona de San Juan Mixtepec, que la justicia les alcance, para que puedan regresar a sus casas, a Cerro Metate a trabajar sus tierras.
Desde que comenzó el conflicto, ni las familias de Cerro Metate, ni las otras han recibido algún apoyo humanitario de parte de los gobiernos por la violencia que atraviesan, por el contrario, cerraron las escuelas en Pueblo Viejo donde acudían los niños.
Reportaje Completo Un pueblo en ruinas y la lucha por el territorio en Oaxaca, México · Global Voices en Español