Alberto Acosta, ex ministro de Energía de Ecuador, advierte sobre las falsas promesas del hidrógeno «verde», que supuestamente desempeñará un papel central en la descarbonización mundial. En una entrevista con CanalAbierto, Acosta critica el hecho de que el hidrógeno se siga utilizándo como fuente de energía en la lógica del crecimiento perpetuo y mantenga el desequilibrio de poder entre el Norte Global y el Sur Global.
El hidrógeno está destinado a hacer más limpias la producción de energía y la industria porque, a diferencia de los combustibles fósiles, al quemarse sólo queda vapor de agua. Las desventajas de esta fuente de energía se hacen evidentes durante la producción, que es sumamente intensiva en energía y requiere grandes extensiones de terreno para albergar granjas solares y eólicas.
Mientras que el Norte Global utilizará el hidrógeno, la producción tendrá lugar principalmente en el Sur Global. Se mantendrán así las relaciones de desigualdad entre las regiones. En los lugares de producción, la naturaleza sufrirá las consecuencias, como ocurre actualmente con la extracción de recursos. «Nuestros países van a seguir siendo territorio de sacrificio», para preservar el bienestar de unos pocos, lamenta Acosta.
Ya hay proyectos en planificación o que ya son una realidad en los que empresas extranjeras están produciendo energía renovable en América Latina. En México, hay varios ejemplos negativos de parques eólicos y solares que arruinan el entorno natural y restringen el modo de vida de la población local. Por eso suele haber resistencia a estos megaproyectos, que se construyen en beneficio de otros.
Acosta describe el hidrógeno como una «falsa solución», ya que no se examina el sistema económico ni su lógica interna y no está asociado un cambio estructural. Se necesitan valores y visiones diferentes para la economía y la sociedad, basados en los derechos humanos y los derechos de la naturaleza.
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