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¡No hay paso! Crónica de la revuelta que viene

By 4 julio, 2016 Sin Comentarios

No hay pasoAsunción Nochixtlán, Oaxaca. 2 de julio de 2016.- Hace trece días este lugar era un campo de guerra. Ahora es uno de los más férreos bloqueos instalados por la CNTE y organizaciones regionales, en la autopista a México, cerca del entronque con Nochixtlán. Indígenas mixtecos apostados en la barricada cierran el paso. Mujeres que dan pecho a sus hijos, hombres que sostienen palos y niños que juegan en el monte, esperan que Osorio Chong cumpla su promesa: desalojarlos. Entre ellos hablan en mixteco y nos ven raro. Somos raros. Venimos en caravana desde el monumento de don Benito y nos dirigimos al encuentro de autoridades municipales y agrarias.

Los manifestantes se dan tiempo para bromear; le dicen a un niño que pasa con su diablito, vendiendo aguas, que sólo hay paso para su carrito por la federal. A nosotros nos detienen. Los reporteros de la agencia Subversiones, entienden la protesta y mejor se hacen amigos de los que protestan, les ofrecen un cigarro y se sientan a platicar con ellos. Viene con nosotros, en esta aventura, el periodista John Gibler, el que escribió “El México no conquistado”, espectador de estos acontecimientos, se sonríe como niño travieso. Después de media hora de batallar con el sol, y la sed, nos abren paso. Por fortuna llegó un maestro de la región;  luego de pedir nuestras identificaciones, y chacotear un poco, nos abrió el paso.

El día de mañana será mercado en el pueblo. La vida en Nochixtlán parece normal. En la iglesia hay catequesis. El primer cuadro está cerrado por puestos que instalan los comerciantes. En la casa de religiosas se celebra el segundo encuentro de autoridades municipales y agrarias. Se respira un aire insurreccional. Cerca de doscientas almas discuten cómo enfrentar el ultimátum y la lucha, cómo organizarse para la resistencia y cómo gobernar en medio del caos. Los presidentes municipales de Texmelucan y Teojomulco, que han tenido toda una historia de conflictos, se dan la mano y deciden luchar codo a codo. Está también, en el encuentro, una autoridad municipal a quien le estalló un explosivo hace unos días, dice que nada lo intimida. La presidenta de Yanhuitlán coordina las acciones en la mesa de los debates. El padre Adrián reprende a los profes: “pónganse las pilas, ustedes tienen estudios”. También lanza un obús al aire: “No se vale negociar a costa de los muertos, eso es nefasto”.

Los presidentes municipales de más de 45 municipios lanzan, como bumerang, un ultimátum a Segob: “vamos por los 570 municipios de Oaxaca”. No pararán hasta lograr la abrogación de la reforma, justicia para sus muertos, destitución de los mandos responsables y respeto a su autonomía territorial. Hay una rebelión que está en curso. Como se ha dicho, esta ya no es una lucha solo de los maestros, es la lucha de los pueblos de Oaxaca. John Gibler está en Nochixtlán para dar cuenta de esta “historia oral de la infamia”. John sostiene que la conquista no ha terminado. Una revuelta está en curso.

Miguel Ángel Vásquez de la Rosa

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