Los jesuitas, como se les conoce a los miembros de la Compañía de Jesús, arribaron a la Villa de Antequera -antiguo nombre de Oaxaca- en 1574. Seis años antes habían llegado a la Nueva España por petición de los frailes y de la Corona Española, para hacerse cargo de la educación de los criollos, es decir, los hijos de españoles que habían nacido aquí.
Después de cientos de años de labor pastoral, la provincia mexicana de la Compañía de Jesús determinó retirarse de la ciudad de Oaxaca y entregar el templo de la Inmaculada Concepción a la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca.
En una comunicación enviada al arzobispo, Pedro Vázquez Villalobos, así como a sacerdotes y creyentes, el provincial de la orden Luis Gerardo Moro Madrid agradeció a la iglesia, a la sociedad y particularmente a los fieles de templo del Inmaculada Concepción, conocido popularmente como la Compañía de Jesús, por su cercanía aprecio y cuidado para los jesuitas durante los diversos periodos de estadía en la ciudad de Oaxaca, desde la llegada de los primeros misioneros, en el adviento de 1574, hasta estos días.
Explicó que la decisión de retirarse de la ciudad y de entregar el templo surgió después de un largo discernimiento ante la realidad propia de los jesuitas en México: “Porque cada vez somos menos para cubrir las obras donde sirve a la iglesia en México y responder a los nuevos desafíos planteados en el país”.
“El espíritu hoy nos invita a reforzar otros lugares donde estamos, pero también ir aquellos destinos donde la iglesia apenas está incursionando, especialmente en procesos de paz”. Expuso que los jesuitas enviados a la ciudad de Oaxaca, y al templo de Inmaculada Concepción, se han comprometido en el impulso de la fe, buscando ser fieles a la misión del Señor a través de la iglesia local.
Por su parte el arzobispo Pedro Vázquez Villalobos señaló: “Es justo elogiar y agradecer la grandeza, la bondad y la presencia de nuestros hermanos jesuitas en Oaxaca. Reciban nuestra gratitud en este tiempo que han tomado la decisión de concluir su misión en la arquidiócesis de Antequera, tarea que se les ha confiado durante muchos años”.
“Gracias por su testimonio para hacer vida el evangelio, estoy seguro que lo sembrado lo ofrecieron con mucho entusiasmo, poniendo todo el corazón al servicio de nuestra amada Arquidiócesis, enriqueciéndonos con su carisma, a ejemplo de su fundador, San Ignacio de Loyola, que tuvo un corazón disponible para la misión que se le encomendaba”, afirmó el arzobispo de Oaxaca.
Octavio Vélez Jesuitas deciden irse de Oaxaca | NVI Noticias | Carta de la Compañía de Jesús | Carta de la Arquidiócesis de Antequera | Carta a la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México – Jesuitas México | Fotografía Cortesía