El acervo del fotodocumentalista cuenta con valiosa información sobre los movimientos sociales de México, entre ellos los magisteriales, desarrollados entre 1979 y 1985, año en el cual su lente también captó la destrucción ocasionada por el sismo del 19 de septiembre. En un comunicado, el INAH lamentó la muerte de Acevedo el 20 de julio, de quien dijo que “además de ser un sobresaliente documentalista” fue “un importante luchador social y un invaluable colaborador del Instituto hasta su retiro”. El INAH destacó también su labor en el estado de Oaxaca, “donde realizó un valioso registro fotográfico de varios proyectos arqueológicos”. Acevedo “vivió de lleno la insurgencia obrera y popular de la década de los años 60 y 70. La fotografió en blanco y negro. Fue uno de sus más grandes cronistas gráficos. Se metió en ella hasta el tuétano, al punto de convertirse en dirigente sindical de los trabajadores del INAH y participar en la CNTE”, recuerda Luís Hernández Navarro. Jorge Acevedo “ha construido una casa de imágenes en blanco y negro, en la que hay habitaciones para los excluidos y lugar para su trabajo y la pobreza no está reñida con la dignidad. La ha levantado con oficio, calidad y pasión”. El Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo organiza un homenaje este miércoles 31 de julio a las 6:30 pm para Jorge Acevedo.
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