La realidad de las comunidades amenazadas por la minería del norte y el sureste del país se compartieron, a partir de un intercambio de experiencias y saberes denominado “la defensa de la vida, frente al modelo de muerte”. En dicho intercambio realizado a mediados de mayo, se visitaron las comunidades de San José del Progreso, San Martín de los Cansecos y Magdalena Teitipac en los Valles Centrales de Oaxaca. Posteriormente la delegación de la región carbonífera de Coahuila (integrada por la organización Familia Pasta de Conchos y ciudadanas de Nueva Rosita, Cloete y Barroterán) visitó la comunidad de Capulálpam de Méndez, en la Sierra Norte, para participar en el festival de Tierra Caliente.
Para los estados de Coahuila y Oaxaca, la minería significa una amenaza permanente, las grandes maquinarias que extraen minerales de todo tipo, pretenden despojar también la dignidad de las personas. En el estado de Coahuila la minería de carbón ha deteriorado alarmantemente su medio ambiente, generando empobrecimiento, condiciones paupérrimas de trabajo y pérdida de vidas humanas; María Trinidad Cantú Cortés [doña Trini], originaria de la ciudad de Nueva Rosita, cabecera municipal de San Juan de Sabinas y madre de uno de los 63 mineros atrapados en la mina Pasta de Conchos compartió con las autoridades agrarias y municipales y ciudadanos de San José del Progreso, Magdalena Teitipac y San Martín de los Cansecos, en los Valles Centrales su testimonio:
“Soy mamá del minero Raúl, todavía atrapado ahí en Pasta de Conchos, son 12 años consecutivos de lucha, desde que sucedió el “accidente” el 19 de febrero de 2006, estuvimos frente a la empresa esperando para que se rescataran todos los mineros, no tuvimos ninguna respuesta, porque ni el gobierno, ni la empresa, ni el sindicato quisieron hacer nada”.
Rosalinda Dionicio, de la comunidad de San José del Progreso, Oaxaca, compartió los dolores que ha vivido la comunidad desde que la empresa minera Fortuna Silver se impuso en 2008:
“Nuestros compañeros Bernardo Méndez y Bernardo Vásquez fueron asesinados en 2012 por oponerse al proyecto minero, nosotros hemos recibido amenazas, hemos sido encarcelados y golpeados por la policía estatal, nuestra comunidad se dividió y ninguna autoridad se hizo responsable, nosotros sabemos que el gobierno está del lado de las empresas mineras”.
Por su parte, Norma Saldaña Ramírez, originaria de Cloete, Coahuila, vivió en carne propia diferentes amenazas hacia ella y su familia, la desaparición y tortura de su esposo, así como un constante clima de intimidaciones, las empresas mineras quisieron despojarle de su casa por estar construida sobre un yacimiento de carbón.
Norma refleja en su mirada una fuerte determinación para defender su vida, la de su hogar y la vida de las familias que viven en esta ciudad, ella estuvo a punto de ser desalojada forzosamente de su casa, cuando la maquinaria de la empresa minera amenazaba con tirarla protegida por las autoridades municipales y grupos armados, pese a esto Norma comparte que la dignidad no se vende. Gracias a esta determinación han logrado la cancelación de un gran número de concesiones mineras en Cloete.
La determinación por defender la vida se expresa de igual manera en la comunidad de Magdalena Teitipac, donde expulsaron a la empresa minera Plata Real en 2013, la empresa al igual que en el norte del país amenazó, intimidó y encarceló a diferentes defensores comunitarios que se oponían al proyecto minero. Las autoridades municipales en febrero de 2018, reafirmaron su oposición al proyecto a través de una Declaratoria de Territorio Prohibido para la Minería, en la cual reafirman su identidad indígena zapoteca y su amor por la tierra.
Cristina Aurebach, integrante de la organización Familia Pasta de Conchos, comparte que: “la fortaleza de las comunidades son sus sistemas de cargos, si logran sostener este sistema, no van a poder con ellos, no habrá minera que pueda entrar en sus territorios, pero a su vez, es un gran desafío y tarea mantener las asambleas como piso, como suelo que les permita ser comunidad”.
La Fiesta de Tierra Caliente, se ha celebrado desde 2012 en la Sierra Norte de Oaxaca, en este festival participan las comunidades de Capulálpam, Yahuiche, Guelatao, Amatlán y Lachatao, se realiza como un acto simbólico, como un acto pacífico contra a la minería y en agradecimiento a la madre tierra.
En esta ocasión la comunidad de Capulálpam de Méndez y el festival reciben a la delegación de la región carbonífera de Coahuila. El Comisariado de Bienes Comunales de Capulálpam de Méndez, Netzar Arreortúa Martínez agradece a la delegación por participar y menciona que estas actividades se realizan con el corazón, porque desde ahí hablan, luchan y se defienden las comunidades serranas, menciona que el gobierno neoliberal está empeñado en alcanzar el desarrollo a costa de sacrificar la existencia de los pueblos originarios:
“Comparto un dato muy importante, hasta marzo de 2018, solamente en el territorio de Capulálpam hay 13 concesiones mineras. Así en Ixtlán de Juárez una concesión minera que abarca más de 5 mil hectáreas. Y la misma situación se da en San Miguel Amatlán, Santa Catarina Lachatao, los pueblos del Rincón, Solaga, Los Cajonos, allí están las concesiones mineras. Por lo tanto no podemos permitir estas cosas. Hoy en día recibimos con mucho agrado a los hermanos de Pasta de Conchos, Coahuila”.
Llega el momento del ritual de agradecimiento y las personas reunidas ofrendan maíz, tamales, mezcal, agua, frutas y flores a la madre tierra: “quienes participamos en este ritual, sabemos que todo lo que está dentro de la madre tierra da vida, sabemos que la vida está aquí, en este lugar…” mientras las autoridades dicen estas palabras, un grupo de niñas y niños cantan al mismo tiempo: “Tierra es mi cuerpo, agua mi sangre, aire mi aliento y fuego mi espíritu…”
Preguntamos a Norma Saldaña Ramírez cuáles son las reflexiones que este intercambio ha dejado en ella y nos comparte que:
“los pueblos que visitamos están a tiempo de no dejar entrar a las minas, sus raíces son de aquí y tienen todos los elementos para sacarlos…sigan adelante, su lucha apenas empieza, sigan unidos, nosotras nos llevamos mucho aprendizaje para Cloete, nos llevamos enseñanzas para compartirlas en nuestra comunidad”.
Ana María García Arreola de la organización EDUCA comenta: “Hemos aprendido que caminar juntos es muy importante. En este caminar, hay una participación que es determinante en la lucha y es la de las mujeres”.
Cristina Auerbach también hace mención del papel de las mujeres en la defensa del territorio, en la importancia de su trabajo en la comunidad, ella menciona que es necesario reconocer ese papel en el ámbito comunitario:
“Nos vamos muy contentas en este intercambio, sobre todo por la participación de las mujeres en las luchas, vemos que las mujeres son capaces de dar luchas heroicas, grandiosas, sin embargo no se refleja en los cargos, casi todos los cargos son ocupados por hombres, hay cosas que debemos revisar porque quienes dan la batalla son mujeres, las que velan por la vida son mujeres y yo no digo que los hombres no lo hagan, sino que se hace más fuerte la comunidad si participan todos en todo”.
El intercambio termina y es momento de partir, la delegación de Coahuila agradece a las comunidades por sus experiencias compartidas durante el mes de mayo, sus reflexiones se enmarcan en la importancia de la organización comunitaria, la reivindicación de las identidades, la fiesta y los sistemas de cargos. Para nosotras y nosotros que nos quedamos, la lucha de Norma, doña Trini, Cristina, Jorge, César y demás compañeras y compañeros del norte del país, su dignidad, fortaleza y presencia siguen abriendo caminos para la resistencia y la lucha en Oaxaca.
Neftalí Reyes Méndez, Philipp Gerber, EDUCA A.C.
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